martes, 24 de octubre de 2017

Desert run

Y llegó el día. Después de años pensando en este reto, por fin los astros se alinearon para que Goyo y yo pudiéramos ser patícipes de esta gran experiencia, en el desierto que un día vio despertar a la momia de Stephen Sommers. Fueron meses de duros entrenamientos llevados con ilusión, con días espléndidos y con otros que hubo sacar fuerzas de flaqueza para poder sacarlos adelante.
El viaje empezó con anécdota, ya que el avión designado para volar a Marruecos, tenía una bodega de carga demasiado pequeña para todo el equipaje que llevábamos. A punto de embarcar tuvimos que dar media vuelta en la pasarela de entrada y esperar a que llegara otro más grande. Con algo de retraso, partimos hacia el pequeño aeropuerto de Errachidia.



La llegada fue espectacular, con baile de bienvenida, pastas y te. Empezaba bien. Después de los trámites de aduana, nos dirigimos a nuestro espectacular alojamiento, el Kasbah Xaluca. El trayecto de unos 70 km desde el aeropuerto nos metió ya de lleno en lo que es la vida en África. Bicicletas por todos lados, gente sentada sin hacer nada, carros tirados por animales y, como no, conducción "un tanto" diferente (adelantamientos en línea continua, velocidades de vértigo...).
Otro recibimiento con música tradicional en el hotel, buena cena, y a dormir; nos esperaba una dura jornada al día siguiente.



Día 1 de carrera (15 km)

Después de un desayuno ligero, recogemos los dorsales en el  hotel y vamos hacia la salida, a 10 metros de la entrada trasera. La llegada también será en el mismo hotel, cosa que facilita las cosas.
Breve explicación del circuito por parte de uno de los organizadores, cuenta atrás hecha por todos los corredores y empieza la carrera.



El primer kilómetro es extraño. Muchas irregularidades del terreno, primeras dunas, y sensación de cansancio, aunque no vamos a un ritmo exigente. El terreno mejora poco a poco, pero las sensaciones siguen sin ser buenas. Por suerte somos conservadores, pensando en que quedan dos etapas más. El grupo se estira. Poco a poco cogemos buen ritmo de carrera. De vez en cuando van pasando 4x4 que siguen la prueba, con los familiares de algunos de los atletas, que van animando a todo el mundo, cosa que se agradece.
Llegado el km 13 aproximadamente llegan las grandes dunas. Es un momento espectacular, así que nos olvidamos un poco de la carrera, sacamos el móvil y nos empezamos a hacer fotos y vídeos subiendo y bajando esas maravillas de la naturaleza en forma de arena.



Pasado ese momentazo, ya sólo falta un km para acabar, que afrontamos con la adrenalina por las nubes. Llegamos a meta con una amplia sonrisa. Hemos entrado el 42 y el 43. Más tarde nos enteramos que hemos corrido a 1000 m de altura, cosa que puede haber influido en el cansancio al inicio de la etapa.
Un baño reponedor en la piscina, una ligera comida, y a hacer un poco de turismo.



Primero, breve parada para ver una cantera con fósiles marinos (parece mentira que alguna vez la zona estuviera cubierta por el mar). A continuación, paseo en dromedario por las dunas de Erg Chebi, con tormenta de arena incluida, y finalmente llegada a la Belle Etoile, un campamento de Jaimas, con todas las comodidades posibles (buenas camas, ducha, baño...).




Día 2 de carrera (21 km)

Amanecer espectacular. Antes de la carrera nos da tiempo a dar un pequeño paseo por la zona. Es curioso, que hasta en ese momento del día encuentras a alguien que te quiera vender algo. 
Nuevamente, después de desayunar, explicación de la carrera.



Cuenta atrás, y otra vez en marcha. Esta vez ocurre algo diferente. Nos ponemos con un grupo que lleva un buen ritmo, y que se sitúa en posiciones delanteras. El terreno tiene algún desnivel, pero lo salvamos sin problemas. El grupo se estira, y pasado el km 8, ya cada uno va por su lado. Goyo y yo seguimos juntos a buen ritmo. A diferencia del día anterior, no nos va pasando nadie, y en cambio, somos nosotros los que pasamos a corredores. Esta vez contamos con unas fotógrafas de lujo; la mujer y la hija de Nacho, un corredor madrileño que hemos conocido. Con ellos compartimos mesa y 4x4. Otro matrimonio de Barcelona y los padres de ella, también están en la mesa que nos han asignado, junto con un chico argentino que viaja con una amiga. 



Volviendo a la carrera, decir que nos vamos encontrando a niños al pasar por los diferentes poblados y casas de la zona. Algunos saludan, otros te piden los botellines de agua, los más atrevidos corren descalzos a tu lado...
Los km se van sucediendo y, a falta de poco para llegar, aparecen algunas dunas. Con el cansancio acumulado cuesta pasarlas. Goyo se adelanta un poco y lo voy siguiendo a distancia. Salimos de este terreno y sigue unos metros delante de mi, buscando alcanzar a un corredor que tenemos cerca. A lo lejos diviso una ligera subida, terreno propicio para mi, y que elijo para pasar al corredor que ya tenemos "a tiro" y recortar la distancia a Goyo. Por fin ya se divisa la meta, el hotel Tombouctou. Alcanzo a mi compañero de carrera, y hacemos juntos los últimos 300 m. Esta vez entramos el 13 y el 14. No está nada mal.



Otra vez piscina, esta vez acompañada de una riquísima Casablanca (cerveza local). Después de comer, turismo al atardecer.
Visita del poblado malinés de Khamlia, donde nos ofrecen un recibimiento con baile tradicional. A continuación, circuito en 4x4 por las dunas. Resulta emocionante. Para acabar, un rato a pie por una gran duna, viendo como el sol se va poniendo poco a poco. Ha sido otro día intenso.




Día 3 de carrera (26 km)

La salida está en medio de la nada. Para llegar hasta allí nos trasladan en los 4x4. No se ve nada por ningún lado, sólo el arco de salida, los corredores con algunos familiares y kilómetros y kilómetros de desierto. La etapa de hoy es la más larga, pero la que presenta menos dificultades en cuanto a terreno se refiere. 
Se da la salida y salimos bastante rápidos. De hecho, pasado el primer kilómetro, calculamos que vamos entre los 10 primeros.



Goyo se adelanta un poco. Empieza a hacer calor, y un ritmo que sería cómodo en cualquier tirada larga, aquí se hace algo más pesado. Los primeros kilómetros se van sucediendo, y poco a poco, el cansancio acumulado y el sol de justicia que está cayendo, hacen mella en mi. Por suerte hay un avituallamiento cada 4 km y más adelante cada 3. Llegado el km 12 las fuerzas me fallan y bajo el ritmo. Veo que Goyo se aleja y que incluso, corredores que vienen por atrás, me van pasando (por suerte no muchos).



Del km 12 al km 20 es un auténtico calvario. Me noto que las piernas no tiran, tengo la boca seca y la cosa no mejora. Entonces es cuando repaso el listado de cosas positivas del momento, cosa que también se entrena (ya queda menos de la mitad, estoy viviendo una experiencia única, los demás deben de estar como yo o peor...).
A todas estas, Goyo es un pequeño punto en la lejanía. Que capacidad de sufrimiento que tiene!!!
Entonces ocurre algo inesperado. Llega el avituallamiento del km 20. Justo antes me había tomado un gel. Me paro, bebo y me echo agua por la cabeza. Vuelvo a salir y, sin saber como, me empiezo a encontrar bien otra vez. Las zancadas se vuelven más ágiles y vuelvo a tener ganas de correr. De hecho aumento el ritmo. Los km pasan y se giran las tornas. Ahora soy yo el que va pasando corredores, y cada vez tengo más cerca a mi compi de viaje. El penúltimo km es en teoría el más pesado, por el antiguo cauce de un río, pero lo paso sin darme cuenta. Justo en el km 25 adelanto a Goyo. Le pido que haga un último esfuerzo, con un Venga vamos!!! El último km vamos a tope. Las palmeras del oasis de Tisserdimine nos dan la bienvenida mientras se rinden a nuestros pies. Se repite la entrada de Frankfurt del año pasado, entrando los dos juntos a meta. Otra vez el 13 y el 14. Que gran experiencia!




Después de compartir vivencias con otros compañeros de carrera, de vuelta al hotel, para darnos otro buen baño en la piscina, una buena comida en el buffet del hotel, y una siesta de lujo.
Ya por la tarde, cogimos el 4x4 que nos acercó hasta Arfoud. En 40' ya teníamos vista la ciudad (no tiene demasiados atractivos turísticos). Por la noche, entrega de premios, medallas de finisher y cena. Al final, 19 de la general y 5 de la categoría (entrando en meta los tres días con Goyo).




De vuelta a casa

El domingo por la mañana todavía nos quedó algo de tiempo para hacer turismo. Con los todoterreno subimos a un mirador con unas vistas increíbles, con cava y pastas incluidos. Que lujo!




Ya de camino al aeropuerto, breve parada para hacer las últimas compras, con el dátil como producto estrella, y con la última sorpresa del viaje; el magnífico valle del Ziz, con millones de palmeras en su interior.




Agradecer a Sportravel la magnífica organización de la prueba, cuidando todo tipo de detalles y haciéndonos vivir una experiencia inolvidable, que dan pleno sentido al título de este blog.




jueves, 19 de octubre de 2017

Explorando el sur de Galicia

Al planificar el viaje, y ver todo lo que ofrece esta tierra, decidimos que nos centraríamos en la zona sur (interior y costa) y que ya dejaríamos el resto para otra ocasión. 
Como son muchos los km que separan Barcelona y Pontevedra, aprovechamos la oportunidad para visitar una bella ciudad que se encuentra a medio camino, Palencia.

Palencia

Sólo disponíamos de una tarde para visitar la ciudad, pero con los planos que había consultado, me pareció suficiente. Las altas temperaturas no invitaban al paseo, pero es lo que tiene viajar en agosto. Palencia es una de esas ciudades que nos sorprendió gratamente. No se parece a las otras grandes ciudades castellanas. Si bien es verdad que también puedes encontrar diferentes edificios religiosos, estos son de una gran variedad arquitectónica. Está presente el gótico, el románico... hay iglesias, conventos, monasterios, una catedral... e incluso una de sus obras de arte estrella, el Cristo de Otero, una escultura de 30 metros que vigila en lo alto de una colina (se puede acceder en coche, pero casi no hay aparcamiento arriba).
Lo que más me gustó de la ciudad fue la calle Mayor, y sus calles colindantes. ya que es aquí donde se concentra una gran cantidad de edificios de gran belleza, y de diferentes estilos (destacando algunos modernistas). Citar a modo de ejemplo el Palacio de la Diputación provincial, el edificio de la oficina de turismo, la casa de Flora Germán y el Colegio de Villandrando.




Empecemos el recorrido por la tierra de las meigas:

Pontevedra

Aquí instalamos el "campamento base". Es una ciudad con un centro histórico bien cuidado y muy animado. Son muchos los peregrinos que se ven pasar por sus calles, entrar en sus iglesias, o disfrutar de la espectacular gastronomía gallega. Toda la zona monumental conviene visitarla de día y de noche, para apreciar el encanto de los edificios con sus fachadas iluminadas. Hay que ver la Basílica de Santa María y las ruinas de Santo Domingo. También visitar sus plazas, en especial la de la Ferrería.



Es en esta ciudad, donde descubrí dos rutas interesantes para correr. La primera es muy popular y utilizada por muchos corredores de la zona. Aunque no es muy larga, se pueden tomar diferentes caminos, siempre bordeando el río Lerez. Se conoce la zona como la isla de las esculturas. Con suerte puedes encontrarte entrenando al triatleta Gómez Noya.
La segunda está siguiendo la Rua de Ramón Otero Pedraio. Antes de llegar al puente, hay que girar por un pequeño sendero a la derecha...y a hacer kilómetros.

Ribadavia, Allariz y Tuy

Son tres pueblos pequeños, con las típicas casas de piedra. Los he juntado, porque la recomendación es la misma para los tres; pasear por sus calles sin rumbo fijo, para ir descubriendo poco a poco la zona, haciendo alguna parada gastronómica, o simplemente para sentarse en algún banco y disfrutar de la tranquilidad de esas tierras. Si tenéis algo de tiempo, podéis visitar la catedral de Tuy (de pago).






Orense

Uno de los tres lugares que menos me gustaron del recorrido. En general me pareció una ciudad un tanto descuidada, y con muchos edificios que necesitan unas buenas reformas. Sí que es original la zona de As Burgas, con unas fuentes que emanan agua a una temperatura de entre 64º y 68º, y a la que se le atribuyen propiedades curativas, Al lado de estas, una piscina termal de uso público.




A Merca

La visita dura apenas diez minutos, pero si te encuentras cerca, merece la pena, ya que aquí encuentras la mayor concentración de hórreos de toda Galicia.





Valença

Lugar pintoresco que se encuentra en tierras portuguesas, nada más pasar la frontera  con España. Un cartel da fe de ello. No entraba en nuestros planes iniciales, pero la recepcionista del hotel nos lo recomendó. Si eres "fan" de los manteles, colchas, sábanas, trapos de cocina... este es tu paraíso. Hay todo tipo de precios, y tiendas y más tiendas donde elegir. Aún sin comprar nada, es agradable pasear por sus calles.





Santiago de Compostela

Uno de los lugares estrella del recorrido. Sólo por poder visitar la catedral, centro de peregrinación de toda Europa, bien merece la pena la visita. Por todos lados se pueden ver turistas y peregrinos. El hecho de estar en reformas la fachada que da a la famosa plaza del Obradoiro, le restaba algo de encanto. Pero una vez dentro, otra vez te sumerges en el mundo espiritual que emana de sus paredes. No acabaría nunca enumerando los tesoros que allí puede encontrar el viajero. Puedes pasarte casi toda una mañana. Os dejo un enlace para tener más información.

http://www.catedraldesantiago.es/




Y si hablamos del resto de la ciudad, la verdad es que no tiene desperdicio. Calles repletas de gente, lugares de culto, restaurantes...
http://www.quetiempo.es/fotos/mapa-de-santiago-de-compostela-8.jpg

Os recomiendo ir a primera hora a la catedral para poder evitar las colas de entrada. Aparcar gratis cerca es imposible, así que lo mejor es dejar el coche en alguno de sus innumerables aparcamientos de pago. Para comer no tendréis problema, ya que cada dos pasos, hay un local para probar el marisco, el pulpo o el riquísimo lacón con grelos (opción que escogí).




Para acabar, decir que las mejores fotos se obtienen desde el parque de la Alameda.





Cambados y Sanxenxo

Estos son los otros dos lugares que no cumplieron con las expectativas que tenía.
Cambados es un pequeño pueblo, con un paseo marítimo. Coincidió que fuimos durante las fiestas del Albariño, y casi no se podía pasar por alguna de sus calles. Sí que hay que decir que la gente estaba muy "animada".




Sanxenxo es como cualquier pueblo turístico de la costa, con edificios modernos y una playa abarrotada de gente, donde cuesta encontrar un espacio para dejar la toalla.




Combarro

Desde la carretera no se aprecia todo lo que te ofrece este pequeño lugar. De hecho, forma parte del municipio de Poio, y no lo ves ni en los carteles. Se puede dejar el coche en el aparcamiento gratuito del puerto. Tiene una estrecha calle principal, que puedes hacer de ida y vuelta. Parece una "Galicia en miniatura" ya que puedes encontrar la típica playa de costa, las casas de piedra, hórreos, cruceros...


Ribeira Sacra

Por internet habíamos reservado un crucero de 1h 30' por el cañón del río Sil. Hay un par de compañías que hacen la ruta parecida. Como positivo diré que el paisaje de todo el recorrido es espectacular. Como negativo decir que entre el ruido del barco, de la gente y la poca visibilidad del barco, no se podía disfrutar plenamente del momento.




Islas Cíes

Otro de los lugares estrellas del recorrido. También es necesario hacer reserva previa por internet para acceder, ya que hay un límite de visitas al día para preservar el entorno natural. Hubo gente, días después de haber regresado nosotros del viaje, que aún teniendo la reserva hecha, se quedó sin poder ir porque la compañía vendió más de lo permitido.
Lo mejor para hacer la visita es ir a primera hora del día, para poder ver la isla en todo su esplendor, sin apenas gente. Se puede optar por hacer rutas de senderismo, que no son excesivamente complicadas, o descansar en una de sus paradisiacas playas. Hicimos las dos cosas. Un panel informativo a la llegada, resulta muy útil para planear el día. 
Lo primero que hicimos es seguir un camino, que en poco más de una hora, te lleva al faro da Porta con vistas espectaculares.




Luego un rato a la increíble playa de a Nosa señora (espectacular, con aguas cristalinas, pero muy muy frías).



Para comer nos llevamos unas deliciosas empanadas. Lo malo es que a las gaviotas también les parecen deliciosas, así que hay que ir con cuidado, si no quieres quedarte sin comer. Después del almuerzo, otro paseo hasta el faro do Peito, y otra vez de vuelta después de un día fantástico.




Vigo

Hicimos una visita rápida, aprovechando que habíamos cogido ahí el ferry para ir a las Cíes. Nos sorprendió gratamente. Es una ciudad moderna, con un pequeño casco histórico y llena de vida. Os gustará pasear por sus grandes avenidas.




Julián

Es una pequeña aldea, con el interés personal, que es el lugar donde nació mi padre. Hicimos una visita rápida, pero muy especial ya que pude pasar un rato con mis tíos y mi prima con su familia. Ese momento es algo que siempre permanecerá en mi recuerdo.




Orbaneja del Castillo

Y ya de vuelta a casa, pernoctamos en el pequeño pueblo de Pesquera de Ebro, desde el cual se pueden realizar varias rutas de senderismo, pero con la idea de ver el cercano pueblo de Orbaneja, un lugar de postal, rodeado de montañas escarpadas y con una cascada que quita el hipo.



jueves, 31 de agosto de 2017

El triángulo de los Balcanes

Exactamente no es un triángulo la figura que más se asemeja al recorrido que hicimos, pero bueno, nos viene bien para hacernos una idea.

Después de un apacible trayecto en avión, llegamos al aeropuerto de Zagreb, ciudad de partida, y de llegada al finalizar nuestro recorrido. Muchos km nos quedaban por delante. Ahí va una pincelada.

Zagreb

La parte nueva de la ciudad no tiene un interés especial. La parte antigua, cuenta con un bonito casco viejo, donde se encuentra la catedral de San Esteban, el mercado tradicional... destacando la iglesia de San Marcos (con el techo representando la vieja Zagreb).



Aquí podéis descubrir también el funicular con el trayecto más corto del mundo. Existen varias zonas verdes en la ciudad, pero sólo nos dio tiempo a visitar la Herradura verde, con sus parques y majestuosos edificios. La encontraréis muy cerca del casco histórico.





Ljubljana

La pequeña ciudad eslovena, tiene un encanto especial, que nos puede hacer recordar la vida en muchas ciudades europeas. La cruza el río Ljubljanica, y paseando por sus dos orillas descubres plazas, edificios clásicos, otros modernistas, iglesias medievales..



Son también dignos de destacar alguno de los puentes que cruzan el río. La parte histórica es peatonal, lo que permite pasear o tomar un helado o un café en uno de sus innumerables establecimientos. Se respira un gran ambiente por toda la ciudad. Y si te gusta ir de compras, también puedes encontrar todo tipo de tiendas cerca del centro. Aquí sí que utilizan el euro.




Cuevas de Postojna

Antes de nada decir que si venís de Ljubljana, armaos de paciencia, ya que la principal autovía de acceso, suele presentar retenciones debido al gran volumen de camiones que cruzan el país.
Las cuevas, son sin duda de las mejores que hemos visitado. Podéis echar un vistazo al post que escribí hace un tiempo sobre diferentes grutas:

http://maloca1974.blogspot.com.es/2014/08/cuevas-y-grutas.html

Para acceder a las cuevas, se hace a través de un tren, que recorre casi 2 km, y que ya te deja ver las caprichosas formas de estalactitas y estalagmitas. A continuación se realiza un recorrido, que incluye escaleras, subidas y bajadas y que se realiza a pie. Os dejo una foto, para que podáis admirar la belleza de esta gruta.
Cuando visitamos las cuevas, la temperatura exterior rondaba los 30º. Dentro más o menos 13º, así que ya sabéis, llevaos algo de ropa de abrigo. 




Para volver al exterior, se toma de nuevo el tren. 
Cerca de la cueva encontramos tiendas de souvenirs, restaurantes y aparcamiento de pago.

Zadar

Bonito lugar de la costa Dálmata. La visita la centraría en dos puntos. 
Por un lado está el casco viejo. Enseguida encontraréis una calle central donde está parte del ambiente de la ciudad, con algunas tiendas, bares, heladerías... ideal pasear por esta calle peatonal a cualquier hora del día.



Esta calle va a desembocar en la zona del foro romano (poco cuidado), donde se encuentran las iglesias más importantes de la ciudad vieja.




Por otro lado el paseo marítimo. Esta zona tiene un encanto especial al atardecer y por la noche. Dicen que aquí se puede disfrutar de una de las mejores puestas de sol que hayas visto. Destacan de esta zona el órgano de mar y el saludo al sol. 


El primero es una construcción curiosa, que produce una especie de música, cuando las olas se introducen por unos tubos que tiene, bajo sus láminas de mármol.



El segundo es una gran placa circular, que por la noche se ilumina con unas luces de colores (funciona con placas solares).




Split

Lugar de costa, que nos recordó a algunos pueblos del litoral mediterráneo, con su paseo marítimo de palmeras y su casco viejo.



Como visita, recomiendo la del Palacio Diocleciano (edificio romano de gran interés). Debido al entramado de calles de todo el casco antiguo, lo mejor es callejear e ir descubriendo poco a poco la ciudad, sin rumbo fijo. Os gustará. Se puede ver todo en una sola mañana.

Dubrovnik

Considero que es uno de los lugares más bonitos de todos los visitados. A pesar de no tener una gran extensión (el casco viejo), se pueden hacer un sinfín de cosas. Aquí os dejo algunas.

Muralla: visita obligada (aunque la entrada es cara). Desde allí se obtienen las mejores vistas de la ciudad vieja, en un recorrido de 2 km aproximadamente. Si vas en verano, ten en cuenta que suele hacer mucho calor y no encuentras sombras, así que mucha agua, crema solar...y buenas piernas. Por el camino encontrarás un bar, una pequeña tienda con bebidas, lavabos, y hasta personal de la cruz roja. Hay más de un acceso a la muralla, y puedes salir por donde has entrado (ruta circular).




Mirador monte Srd: se puede subir andando o en teleférico, y desde allí las vistas son estupendas. Existe una tercera opción, que es subir en coche, y en mi opinión, si dispones de él, la más recomendable, por rápida y barata.

Pasear por sus calles peatonales: verás un sinfín de edificios civiles y religiosos de gran belleza (incluso la escalinata donde se rodó algún episodio de Juego de tronos). También verás tiendas de souvenirs, restaurantes y algún bar con vistas, como el Buza, enclavado en la roca. No fuimos, pero por lo que sé, con precios caros en general.




Islas cercanas: existen muchas islas cerca de Dubrovnik. En cada una puedes encontrar un atractivo diferente. Existen diferentes compañías en el muelle, que te ofrecen diferentes tipos de recorrido. Nosotros optamos por uno consistente en rodear la isla de Lokrum. Desde el mar, las vistas de la ciudad, con sus murallas rodeándola, son espectaculares.




En verano, hay que tener en cuenta que llegan cruceros, que hacen que las calles estén abarrotadas de gente. 

Pocitelj y Medjugorje

De camino hacia Bosnia paramos en estos dos lugares.
Pocitelj es un pueblo medieval, con claras influencias musulmanas. Nada más llegar, te reciben vendedores ambulantes de bebidas, frutas... En lo alto de la colina hay una fortaleza, pero no fuimos hasta allí. En media hora puedes ver este pintoresco lugar.



Medjugorje es un centro de peregrinación, con una infrastructura típica de otros lugares relacionados también con apariciones de la virgen (Fátima, Lourdes, Guadalupe...). Con esto quiero decir, que encontraremos la iglesia (santuario), una gran explanada para celebrar actos litúrgicos, tiendas de merchandising por doquier...
Con una o dos horas, más que suficiente.




Mostar

Lo más destacable del lugar, según mi opinión, es saber que allí se libró una de las grandes (y crueles) guerras de nuestro tiempo. La sensación de estar paseando por allí tranquilamente, teniendo presente las imágenes de militares disparando, o misiles destruyendo el puente, resulta chocante.
Nuestra visita comenzó, bajo un sol de justicia, por la mezquita Karadozbegova, abierta al turismo en determinados momentos del día. Siguiendo la misma calle peatonal, encuentras pocas cosas a destacar, pero llama la atención, tanto aquí como en otras partes de la ciudad, la huella que dejó la guerra, en forma de disparos en las fachadas de los edificios.



 Al cabo de poco, la calle peatonal se transforma en una calle adoquinada, con tiendas de souvenirs por todas partes (barrio musulmán). 


Por fin, en apenas 10 minutos más de paseo, llegas al tristemente famoso puente viejo (Stari Most), destruido durante el conflicto, y reconstruido años más tarde (se inauguró en el 2004), siguiendo la estructura original. Desde allí hay unas buenas vistas de la ciudad vieja. Con un poco de suerte se puede ver algún "valiente" (o insensato) tirándose al río desde lo alto, a cambio de dinero.



Cruzando el puente, todavía nos encontramos más tiendas. Hay que decir que en Mostar, los precios son baratos y, en muchos lugares, tienes oportunidad de pagar con la moneda local, con las Kunas croatas, o incluso con euros. Al acabar la zona de tiendas encontramos la iglesia franciscana, con una torre imponente. De todas maneras, sobre todo son las mezquitas las que predominan como edificios religiosos de la ciudad.
Si dispones de tiempo, puedes realizar una visita a una casa turca tradicional que se encuentra cerca de la orilla del río Neretva. La Biscevica Kuca es de pago y la visita dura unos 20 minutos. Es interesante.




Lagos de Plitvice

Última parada del recorrido, antes de volver a Zagreb.
En la entrada te ofrecen un mapa para optimizar la visita. Si quieres ver todo con tranquilidad, tienes que utilizar un día entero. Hay tramos que están masificados y puede perder ese encanto propio de un lugar tan fantástico. Tanto los lagos superiores como los inferiores son de postal, con sus aguas turquesas, cascadas, abundante vegetación...





En el siguiente enlace podréis ampliar la información:

http://www.np-plitvicka-jezera.hr/en/


Correr por los Balcanes

El viaje coincidió con mi semana de descanso estival, así que no salí ningún día a correr. Pero, ¿que carreras interesantes podemos encontrar? 
Pues aparte de las "típicas" pruebas de las grandes ciudades, como el maratón (y en algún caso media) de Zagreb, Mostar, Ljubljana o Dubroknik, quería destacar el "run the wall", una carrera de 2 km por las murallas de la perla del adriático. También en la zona de Plitvice se organiza un maratón, con la naturaleza como protagonista.