Hoy os propongo dos rutas fáciles que se pueden hacer en un fin de semana, con una belleza natural increíble. Son caminos que hicimos en verano, pero que seguramente, con un buen equipo, también puedes realizar en invierno. Las dos se sitúan en el principado de Andorra, así que ya sabéis, si hace mal tiempo siempre queda la opción de ir de tiendas.
Lago Engolasters
Se puede llegar de muchas maneras, dependiendo de las ganas que tengáis de andar.
La manera más fácil es ir en coche hasta un aparcamiento que hay junto al lago y después ir bordeándolo. La vuelta al lago se hace por una pista sin asfaltar y a ritmo moderado se recorre en menos de una hora. En la zona de aparcamiento hay un restaurante y zona de pícnic.
Otra opción fácil es aparcar en una zona a la que se accede por una carretera serpenteante, justo enfrente de los funiculares de Grand Valira. Desde aquí hasta el lago hay apenas unos 2'5 km llanos por una pista sin asfaltar.
Nosotros escogimos una tercera opción, que aunque no presenta grandes dificultades técnicas, exige un poco más de forma física. Se trata de dejar el coche en la localidad de Encamp. Desde ahí sale una ruta a través de la montaña, por un camino de piedras. Son unos 2 km de subida continua, salvando un desnivel de 400 m aproximadamente. La vuelta, al ser cuesta abajo, siempre se hace más rápido.
Escojáis la opción que escojáis, disfrutaréis del camino seguro.
Lagos de Tristaina.
La mejor opción, según mi punto de vista, es subir hasta el aparcamiento de Ordino Arcalís y coger el telecabina que te deja en el sector de "la Coma", donde se inicia la ruta a los lagos. En verano, la carretera que lleva hasta aquí, está cortada de 9h a 17h, por lo que sólo se puede llegar o en el telecabina o andando. En la estación inferior hay personal al que le tienes que mostrar el ticket. De bajada no había nadie, así que si decides subir andando, la vuelta en telecabina te sale gratis.
Una vez aquí, puedes iniciar la ruta siguiendo diferentes caminos, todos señalizados con indicadores de madera y marcas amarillas pintadas. Puedes alargar lo que quieras la excursión. Yo os explicaré la ruta "básica" que hicimos nosotros para ver los tres lagos.
Empezamos en el restaurante de "la Coma", cogiendo un estrecho sendero, con una cuesta pronunciada, pero no muy larga (de hecho es lo más complicado de toda la ruta). Al final de esta pendiente, puedes visualizar ya "l'estany del mig" y "l'estany de més abaix". Decidimos empezar por el margen izquierdo de l'estany del mig, más cercano al punto donde estábamos. Siguiendo el camino, ahora con poco desnivel, puedes disfrutar del paisaje espectacular que te ofrece el lago, con las montañas al fondo. Desde que dejas atrás este lago, hasta que llegas al "estany de més amunt", apenas hay unos 300 m.
En lugar de bordear este segundo lago, optamos por hacer una parada para apreciar con tranquilidad esa foto de postal que teníamos ante nosotros. Sentados en una roca, pudimos alejar por un instante el estrés de la ciudad. Por suerte, al haber ido pronto, apenas había gente, con lo que todavía lo disfrutamos más.
A partir de aquí iniciamos la vuelta para llegar al primer lago, que con la ruta que habíamos tomado se iba a convertir en el último. El camino asciende ligeramente, pero al poco tiempo, vuelve a bajar, siguiendo un sendero poco definido, pero sin posibilidad de perderte. En este tramo es dónde encontramos más gente, que había decidido hacer la ruta en sentido contrario.
Una vez en "l'Estany d'abaix" una breve parada, y a emprender el camino de regreso. Esta vez cogiendo otro sendero que parecía estar menos concurrido.
La anécdota vino al final . Hacía un poco de viento, pero nada fuera de lo normal. Subimos al teleférico y a mitad de recorrido...unas ráfagas de viento fuertes hicieron moverse la cabina como si se tratase de un columpio. Por suerte duro apenas un minuto.
Fuera de estas rutas quería también indicaros un lugar, que si os pilla de paso, como nos ocurrió a nosotros, que estábamos alojados en Ordino, merece la pena : el mirador Roc del Quer.
Es un lugar al que se accede fácilmente desde Canillo (eso sí, no adaptado para personas con movilidad reducida ni recomendable para quienes sufran de vértigo).
Una pasarela de madera, con parte del suelo acristalado, está suspendida en el aire, saliendo de la roca. Desde allí, obtienes unas de las mejores vistas de los Pirineos.
Sin duda, el Principado ofrece una variedad de rutas, actividades... que hace que siempre quieras volver.