miércoles, 8 de mayo de 2019

Praga, un maratón de cuento

Años después de haber recorrido aquellas calles adoquinadas de la ciudad de las cien torres, tocaba volver, esta vez para disfrutar haciendo turismo deportivo, es decir, para correr el maratón (o la maratón, todavía no me queda muy claro). 
A priori era una carrera ideal, con una buena temperatura (al menos para mí), muy llana y con un buen entrenamiento hecho, pero la ciudad conocida como de "cuento de hadas" no me reservaba para la prueba el ...y comieron perdices!!!

Llegamos a Praga el sábado por la mañana Goyo y yo.



Paco estaba haciendo un "calentamiento" previo en el half de Peñíscola (1900 m nadando, 90 km de bici y 21 km corriendo) y no llegaba hasta la noche. Dejamos las maletas en el hotel y nos dirigimos a la feria del corredor. Es modesta, pero puedes encontrar diferentes artículos de running y stands promocionando las carreras de otras ciudades.



Ya con los dorsales en la mano, regresamos para comer (pasta, como no) y empezar la visita turística.
El centro de Praga se ve fácilmente caminando, así que nos dio tiempo a subir a la torre del reloj, ver la plaza vieja, el puente de Carlos...



...incluso después, con el famoso tranvía 22, subimos a la zona del Castillo, con unas vistas espectaculares de la ciudad. En un breve paseo pasamos junto a la Catedral de San Vito, la basílica de San Jorge, el callejón de oro...



Por la noche, después de cenar, llegó Paco. Nos dirigimos al hotel. Nos esperaba un día duro.

Domingo de maratón

Siguiendo el ritual de todas las maratones, nos levantamos temprano para desayunar. Era un día frío (unos 5 grados), así que apuramos la salida del hotel. Estábamos cerca de la salida (y llegada), así que con media hora de antelación, salimos a calentar.



Como siempre, cada uno buscaba su propio objetivo:
- Paco había estado compitiendo el día anterior en un medio Ironman, así que el simple hecho de ponerse en la salida ya era toda una proeza. Se marcó un ritmo aproximado de algo más de 5' el km, y cuando el cansancio hiciera su aparición, pues a seguir lo que el cuerpo permitiera.
- Goyo dependía un poco de como se encontrara en carrera. Llevaba días constipado, con mucha tos, y obviamente esas no son las mejores condiciones para afrontar la distancia de Filípides.
- Yo tenía un objetivo ambicioso, que era mejorar mi marca de 3h 8´ pero las cosas no siempre salen como uno quiere.

Comienza la carrera

Empieza la prueba en un escenario increíble, la plaza de la Ciudad Vieja con su imponente iglesia gótica de Nuestra Señora de Týn, la iglesia barroca de San Nicolás o la torre del ayuntamiento viejo.


Foto de RunCzech

Los primeros km cuesta coger el ritmo. Hay mucho "tráfico" en la salida, calles que se estrechan y tienes que ralentizar la marcha, alguna leve subida. Los 4'25'' por km previstos, se convierten en 4'39" al paso del km 5. No me preocupa en exceso porque voy cómodo. Una pancarta colgada en un balcón, nos recuerda que nos quedan 37 km para llegar. Que majos! 
Los siguientes km voy estabilizando la marcha y, antes del km 15, ya voy a ritmo de igualar mi mejor marca (4'27'' el km). Después del km 18 me cruzo con Goyo por primera vez. Va unos metros detrás de la liebre de 3h 30´. Nos saludamos y seguimos nuestra aventura. Desde el km 6 voy con un grupo de corredores vascos. Puede ir bien correr en grupo. 
En el km 20 vuelvo a mirar el crono. He bajado a 4´30''. Sigo yendo cómodo, pero el hecho de correr en grupo, ha provocado que me  adapte a su ritmo y que baje un poco la velocidad de crucero. Es igual, queda mucha carrera para recuperar. 
Y llega un momento importante después de la media maratón. Empieza una leve molestia en el cuádriceps, a la que en un principio no le  doy importancia. Me vuelvo a cruzar con Goyo y nos animamos...dónde estará Paco?
Del km 20 al km 25 las molestias van in crescendo, pero mantengo el ritmo. ¿Que me pasa? ¿Se está cargando por coger una mala posición corriendo? Llevo 2 semanas con el sóleo ligeramente "tocado" pero no me ha impedido entrenar.  ¿Llevo pocos km semanales o por el contrario me he sobreentrenado? ¿He hecho pocas cuestas?...
Y en cuestión de 2 km, todo el trabajo se va "por la borda" . Las molestias ya son dolor. Los vascos se alejan. Voy como nunca a nivel de cardio, pero la pierna derecha no responde. Las bajadas, que son un respiro para cualquier corredor, se convierten en un handicap para mí. 
Del km 30 al 35 sé que el tiempo se va a ir. Aunque sea andando tengo claro que la acabaré. La gente me va adelantando. Pasado el km 35 me pasa la liebre de 3h 15'...que más da? La pancarta de antes (la que había en el balcón) tiene ahora tachado el 3, anunciando que nos quedan 5 km.
Del km 35 hasta la llegada, voy corriendo cojo. Aún así me muevo en tiempos de 5'30''-5'45''. En el km 38 adelanto a uno de los corredores vascos, que va peor que yo. De hecho va andando.
En el último km una marea humana te va llevando a la meta, pero yo sigo con el mismo ritmo, esperando no destrozar más el músculo. La alfombra azul anuncia el final del periplo. Cruzo la meta con un tiempo de 3h 20'57''. Casi 14 minutos peor de lo que había pensado, pero dadas las circunstancias, dando por buena mi cuarta mejor marca (por detrás de Zürich: 3h 8'40'', Frankfurt: 3h 10'02'' y Sevilla: 3h 14'51'').
Después, como pude, una buena ducha en el hotel, y a esperar a Goyo y a Paco, que dadas también las circunstancias de cada uno, hicieron una muy buena carrera, con 3h 46'04'' y 3h 47'31'' respectivamente. Han mantenido un ritmo muy regular.

Ya por la tarde, un breve y lento paseo por el casco histórico, para ver la sinagoga española, la estatua de Kafka, poder degustar un buen Trdelnik de chocolate, y para el aeropuerto. 




Como se suele decir...y otra pa la saca.