Después de tanto tiempo de incertidumbre a causa de la pandemia, tocaba intentar normalizar al máximo la situación "de nuevo". Y que mejor manera que hacer uno de esos viajes navideños que tanto nos gusta. El destino elegido, un lugar de cuento, ideal para visitar en esa época del año: la Alsacia.
La mejor opción para recorrer la zona sin duda es en coche. Existen diferentes opciones de alquiler y de aeropuertos desde dónde empezar el tour, pero optamos por ir en coche desde Barcelona, para poder realizar alguna "parada" por el camino.
Nuestra "base de operaciones" fue Colmar, uno de los lugares más bonitos de la Alsacia y que permitía visitar muchos pueblos sin hacer demasiados km.
En esta ocasión os explicaré algunas características de todos los pueblos, para después dar una pequeña pincelada de cada uno, con lo que considero que hay que visitar.
- Lo primero decir que supongo que cualquier momento es bueno para ir de turismo, pero los mercadillos y las casas decoradas, les dan un encanto especial en Navidad.
- Las distancias entre los pueblos son relativamente cortas. Si vas en coche puedes ver mucho, en poco tiempo. Aunque haya una buena comunicación con el transporte público, la frecuencia de paso está muy espaciada.
- En muchos pudimos aparcar gratis en las afueras, pero existen diferentes estacionamientos de pago. Por suerte no son excesivamente caros.
- Tened en cuenta que en Francia se come antes, y que los pueblos son pequeños. Los restaurantes se llenan enseguida.
- Y como aconsejo muchas veces, y aquí especialmente, dejaos llevar y caminad sin rumbo fijo. Seguro que encontráis lugares que no salen en las guías.
Empecemos nuestro recorrido.
Colmar
Uno de los pueblos más bonitos de la Alsacia. Es mejor visitarlo con un plano. La disposición de sus calles hace que te desorientes con facilidad. No debes perderte...
La petite Venise: aunque el único parecido a Venecia es un canal, siempre tiene que haber una Venecia en todos los lugares del mundo. Eso sí, con sus casas de colores resulta espectacular. Desde los puentes que atraviesan el canal se pueden hacer buenas fotos.
Colegiata de San Martín
Destaca sobre todo por su torre de 70 m. Empezó a construirse en el SXII.
Rue des Marchands
Posiblemente la calle más fotografiada de la ciudad, con sus típicas casas alsacianas (como la casa Pfister), sus tiendas con encanto y con varios edificios conocidos.
Place de l'ancienne Douane
Una de las más bonitas y con un "plus" en Navidad, cuando instalan el mercado.
Eguisheim
Muy bonito, pero también muy turístico, así que en Navidad lo mejor es armarse de paciencia y pasear y disfrutar del pueblo junto con la multitud que seguramente encontraréis. El recorrido es circular. Sin darte cuenta vas caminando, y vuelves al punto de inicio. Cuando acabes de dar la vuelta "literalmente", acércate también al centro. En poco tiempo está todo visto.
Otra gran ciudad, sede de varias instituciones europeas, y a la que se le puede dedicar tranquilamente un día. El recorrido para ver sus principales atractivos, es prácticamente circular (para visitar la zona de edificios europeos hay que alejarse un poco más). Aunque la catedral de Notre Dame es el edificio más representativo de la ciudad (no debes perderte el "espectáculo" de marionetas de su reloj astronómico, a las 12h. Lo más complicado es poder hacer una buena foto de la fachada, ya que está rodeada de edificios), te propongo un listado de lugares para ver, con un mapa para orientarte:
Obernai
Se trata de un pueblo muy pequeño con una calle principal, que se puede hacer de ida y vuelta. Casas muy bonitas, pero nada más que destacar.
Ribeauvillé
También se trata de una calle de ida y vuelta, donde se concentran todos los edificios típicos alsacianos. Recomendable.
Hunawihr
El menos turístico de todos los pueblos. Se puede ver hasta sin bajarse del coche. Sobre todo es para ver más casas típicas alsacianas. No hay tiendas ni apenas comercios.
Riquewihr
Aunque también tiene una calle principal, es bueno ir recorriendo también las calles laterales, donde encontrarás alguna que otra sorpresa, en forma de edificios muy bonitos. Es un pueblo muy turístico, con muchos comercios y restaurantes.
Kaysersberg
Una grata sorpresa. Lo vimos de noche, y eso le dio un encanto especial. La iluminación y decoración de los edificios, con el castillo iluminado en la montaña, te hacía sentir como en un cuento. Con el frío que hacía resultó perfecto un vino caliente y un pretzel.
Turkheim
Destacar un calendario de adviento gigante en una de sus plazas. No es muy turístico, pero está bien para dar un paseo.
Mulhouse
Parece más una ciudad comercial, que un típico pueblo alsaciano. Está alejado del resto de pueblos turísticos. No es de los imprescindibles. Destaca la plaza de la catedral.
Castillo de Koenigsbourg
Dedicamos casi una hora y media a visitarlo. Como está en lo alto de una colina, se divisa desde varios lugares. Cogimos la entrada por internet, aunque a primera hora de la mañana no se veían grandes colas. Eso sí, no hay mucho aparcamiento. Si madrugas, mucho mejor. A nosotros nos gustó.
Lyon
Aunque no pertenece a la Alsacia, lo pongo porque de camino a nuestro destino, pasamos una noche aquí, y nos dio tiempo a realizar una visita exprés. Nos sorprendió gratamente la ciudad.
La visita duró toda la tarde. Para profundizar un poco más nos habría hecho falta medio día más.
Esto es lo que nos dio tiempo a ver:
Lo primero que quiero mencionar son sus plazas más conocidas. La verdad es que nos gustaron todas con sus estatuas y fuentes. Las más bonitas según mi punto de vista son:
- La plaza bellacour, con unas buenas vistas de la colina Fourvière. y con la estatua de Luis XIV en el centro.
- La plaza de los Jacobinos. No te pierdas la fuente monumental.
- La plaza de los Celestinos, donde se puede admirar la fachada del teatro
- Plaza des Terraux, con su famosa fuente de los caballos creada por Bartholdi (que hizo también la estatua de la libertad).
A la catedral de Saint Jean merece la pena dedicarle unos minutos.
La basílica de Notre-Dame de Fourvière está en lo alto de una colina. Nosotros cogimos un billete de ida y vuelta de un funicular que sale del casco antiguo, y que te deja en lo alto en pocos minutos. Tanto el edificio, como las vistas que tienes allí de la ciudad, son impresionantes.
Si bajas un poco por la colina te encuentras el teatro galo-romano, al que también puedes acceder gratis. Allí al lado tienes otra parada del funicular, sin necesidad de volver a subir la colina.
Del casco viejo diré como digo en muchas ocasiones. Piérdete por sus calles paseando. De noche iluminado, tiene un encanto especial.
Los murales de la ciudad son conocidos. Sólo pudimos ver el de la biblioteca por falta de tiempo, pero hay muchos más en la ciudad.
Las Traboules son pasajes que conectan diferentes calles, pasando entre edificios. Hay decenas por toda la ciudad, y al igual que nos pasó con los murales, solo vimos una; la de la Tour rose.
Nos hubiese gustado ver el Institut Lumière, dedicado a los hermanos que inventaron "el cine", pero quedaba lejos de nuestro recorrido.
Y esto fue todo lo que nos deparó este recorrido por tierras francesas. Como hacía poco que había corrido el maratón de San Sebastián, decidí dejar aparcado el "modo runner" en esta ocasión.