lunes, 26 de febrero de 2024

Lanzarote, la isla privilegiada

 La verdad es que a pesar de haber visto algunos documentales, seguido numerosos blogs y haber hablado con amigos que ya habían visitado la isla, no teníamos muy claro lo que nos íbamos a encontrar. Por el tipo de paisaje, o te gusta mucho, o no te gusta nada. Por suerte fuimos del primer grupo.



Antes de pasar a explicar este viaje que nos llevó por la isla durante una semana, os doy algunos consejos que  deberíais  tener en cuenta,  si viajaís en la misma época que nosotros, en el mes de diciembre.

- Aunque cualquier mes del año es bueno, en lo que se refiere a la temperatura, durante las primeras horas de la mañana y cuando se va el sol, va bien llevar algo de abrigo ligero; un pantalón largo, una chaqueta... ya que hace algo de frío. El resto del día puedes ir en manga corta y con bermudas (o similar).

- Amanece a partir de las 8 h de la mañana más o menos y ya pasadas las 18 h comienza a oscurecer.

- No encontramos grandes colas para visitar los lugares de interés. La excepción es el P.N. del Timanfaya. Ahí si es conveniente ir a primera hora.

- Es imprescindible alquilar un coche para moverse por la isla. No tuvimos problemas para aparcar en ningún sitio.



- La temperatura del agua es fría. Nos pudimos meter en alguna playa , pero no deja de ser el Atlántico. En la piscina del hotel estaba congelada.



- Existen packs de entradas (se compran en taquilla) que seguramente te saldrá a cuenta, ya que puedes ir a las principales atracciones de la isla.

- En diciembre puedes ver algunos belenes de gran belleza, como el de Yaiza.



Y ya, sin más, os paso a explicar lo que hicimos en una de las islas afortunadas:


Playa blanca

No tiene gran cosa para ver, pero está repleta de tiendas y restaurantes, así como un bonito paseo marítimo. Está animada de día y de noche. Nuestro hotel estaba muy cerca del pueblo. También tiene un par de playas bonitas para pasar un rato.



Isla Graciosa:

Se llega con un ferry que se coge en el norte de la isla (en Orzola). En apenas 30 minutos se llega a esta isla paradisiaca. 



Nosotros pasamos toda una mañana, con baño incluido en uno de los rincones más bonitos, la "playa francesa". Durante gran parte del recorrido, supongo que por la época del año que fuimos, parecía que estábamos en una isla desierta. No veíamos a nadie. Desde donde te deja el ferry hasta la playa hay unos 3 km por un sendero prácticamente llano. Cuenta que harás unas cuantas fotos por el camino, ya que el entorno invita a ello. 



Aquí no es que haya muchos servicios, así que recomiendo que llevéis picnic. Si pensáis comer en Orzola, que sepáis que sólo hay abierto un restaurante y que a las 13 h ya está completo.


Caletón Blanco

Playa de aguas cristalinas y muy calmadas. Es como una piscina. Muy cerca de Orzola. El aparcamiento no es muy grande. Supongo que en verano mejor si vas a primera hora. Son muy originales unas "construcciones" que hay hechas en la arena para poner la toalla. Parece lo mismo que hacen para proteger las viñas del viento, en otras partes de la isla.



Mirador del río

Una de las obras de César Manrique, pintor y escultor que llevo a Lanzarote a otro nivel. Os dejo un enlace por si queréis saber más cosas de él:

https://fcmanrique.org/cesar-manrique/biografia/




Casa-museo de César Manrique

Más que por su interés arquitectónico, la visita nos sirve para ver como vivió y donde desarrolló parte de sus ideas este artista. No tardas mucho en recorrer sus estancias. Hay quien recomienda que sea la primera visita para entender lo que verás por la isla.



Jameos del agua

Una de las obras más representativas de César Manrique. Se trata de juntar la creatividad del escultor, con el entorno natural (un tubo volcánico). El resultado, una serie de espacios de gran belleza donde podrás ver: una piscina, un auditorio, una cueva con una laguna,  donde están los conocidos "cangrejos ciegos", un restaurante, un museo... mejor verlo que contarlo.



Cueva de los verdes

Nosotros, que somos "aficionados" a visitar diferentes grutas (cuevas de Nerja, de Benifallet, grutas de San José, ciudad subterránea de Derinkuyu en Turquía, mina de WieliczKa, grandes Canalettes...) tenemos que reconocer que no habíamos estado nunca en una de estas. No son de las más espectaculares, pero es curioso saber como se formaron. La lava circuló por el tubo volcánico. Cuando fue dejando de pasar fue perdiendo nivel, pero el techo se enfrió y se solidificó. Así que nos encontramos que no es una cueva "normal", sinó la cavidad dejada por un tubo volcánico.



Jardín de cactus

No entiendo mucho de plantas, pero me gusta visitar este tipo de sitios. Es increíble ver la cantidad de especies de cactus que existen. Seguro que cada dos pasos haces una foto.



Playa de Famara

No nos bañamos. Simplemente fuimos a ver el atardecer. Por su situación no es el mejor sitio para ver una puesta de sol, ya que éste queda en el lado contrario, pero te invade una sensación de paz, con la gente aprovechando los últimos rayos de sol, o simplemente dando un paseo por la orilla. Bonito lugar.



Playa grande

Esta gran playa está en Puerto del Carmen. Se trata de un pueblo hecho para el turismo. Hay una gran cantidad de restaurantes y tiendas, y la mayoría de gente que ves por allí es extranjera (alemanes, británicos, franceses...). El paseo marítimo es muy animado.

La playa tiene hamacas, pero también espacio para dejar tu toalla.




Salinas del Janubio

Existen visitas organizadas, pero nosotros solo entramos para verlo. Las mejores vistas se tienen desde un par de miradores que hay a la izquierda de la carretera, si vienes de playa Blanca. Como se puede deducir del nombre, es un entorno donde todo gira en torno a la producción de sal.



Los hervideros

Quizás uno de los entornos que más nos gusto de la isla. Se trata de un espacio donde se mezclan las rocas volcánicas, la furia del mar, las cuevas...vamos, todo un espectáculo. Es una lástima que no todo el mundo respete estos espacios naturales y haga "cosas" que pueden dañar el lugar (fotos en zonas prohibidas, llevarse piedras volcánicas...)



Charco de los clicos

También es conocido como el lago verde (obviamente, por el color verdoso que le dan unas algas que crecen allí). Antes de llegar hay un mirador que te permite apreciar la belleza del lago. Incluso puedes hacer una foto en la que aparezca el lago y el mar. Parece una postal.



P.N. del Timanfaya

La visita al parque se hace en autobús. Tienes que dejar el coche en el parking (por cierto, no es muy grande y se llena enseguida. Mejor ir pronto). La visita dura algo más de 30 minutos. Está la opción de hacerla en camello, pero ni siquiera nos lo planteamos. 

Parece que estás paseando por Marte u otro planeta. En el autobús te van explicando curiosidades sobre la zona y la formación de volcanes. También se va parando en determinados lugares para poder apreciar la grandiosidad de ese tipo de paisaje. Es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.





Volcán del Cuervo

Ideal para hacer una caminata fácil, no muy larga y llana, y además poder pasear alrededor del volcán, entrando incluso en su cráter.



Ermita de los Dolores

Nos pillaba de paso y fuimos a visitarla. Lo que más llama la atención es el exterior. Estamos más acostumbrados en España y en la mayoría de ciudades europeas a ver la típica iglesia o catedral gótica, románica... y esta es muy diferente a todo eso, con su fachada exterior blanca.


Casa museo del campesino

Aquí se juntan dos obras de César Manrique: la casa del campesino, con el que quería enseñar como era la vida del campesino en la isla y  el monumento a la fecundidad. La visita se hace en un momento.



Playa del Papagayo

A  pesar de estar el agua fría, nos metimos en este trozito de paraíso. Está flanqueado por una montañas, que evitan que se formen olas y que tampoco haya mucho viento. A medida que avanzaba la mañana se fue llenando más de gente. Aún así en esas fechas es una playa tranquila. Lo más complicado, el camino, ya que es una pista de tierra con muchos baches. Suerte que el coche es de alquiler.

En el acceso a la playa hay dos restaurantes...y poco más.




Castillo de San José

En mi opinión es una visita prescindible. Alberga un museo de arte contemporáneo y un restaurante. Fuimos porque teníamos una entrada con el pack que compramos y además nos sobraba algo de tiempo.



Y eso es todo lo que pudimos ver. Esta isla también es un paraíso para los runners, ya que hay pistas de tierra, senderos en la montaña e incluso carriles bici y amplias aceras para correr. Yo salí varias veces antes del amanecer y no tuve problemas para encontrar caminos iluminados (incluyendo el paseo marítimo de Playa Blanca).