Antes de empezar a explicar como fue la carrera, hay dos circunstancias que se tienen que tener en cuenta a la hora de interpretar el planteamiento de este maratón.
Lo primero es que ya, desde el año pasado, decidí que ya no iba a seguir buscando una marca en concreto. En su momento intenté bajar de 3h (un par de veces), pero no ha sido nunca lo más importante para mi. Obviamente cuando me pongo en la línea de salida es para hacerlo lo mejor posible, pero mis prioridades son otras. No cambiaría esa marca por las experiencias que he tenido corriendo en tantos y tantos lugares (Valencia, Zaragoza, San Sebastián, Bilbao, Sevilla, Zürich, Frankfurt, Praga, Milán, Lisboa, Liverpool, Granada, Murcia, Málaga y por supuesto mi ciudad, Barcelona). Ya desde el año pasado cambié de estrategia. Entrenar a tope, cosa que me motiva, y correr el maratón en función de esos entrenos.
La segunda circunstancia tuvo que ver con algunos problemas físicos, que me hizo cambiar ritmos, frecuencias e incluso sesiones de entreno. De hecho estuve parado dos semanas y media en octubre, y la vuelta fue muy progresiva. De esta manera llegaba justo de kilómetros a Málaga.
Vamos ya al fin de semana de la prueba. La temperatura era alta para la época. Unas máximas en pleno mes de diciembre de 23º. Llegamos temprano a la ciudad. El ritual fue el mismo que en otras ocasiones, y más al no ser la primera vez que visitaba la ciudad (descartamos el turismo). Primero dejamos las cosas en el hotel, luego un desayuno rápido. A continuación un paseo hasta la feria del corredor (por cierto, con bastantes stands).
Una vez ya con la bolsa del corredor y el dorsal, fuimos a recargar los depósitos con hidratos de carbono (esta vez en forma de Paella). Por la tarde tocó descansar en el hotel, pasando por la calle Larios y la Catedral.
Finalmente, la cena en un restaurante italiano, y de vuelta al alojamiento.
Día de la carrera
A las 6:30 sonó el despertador. Desayunamos en la habitación. Después comprobamos que llevábamos todo lo necesario (ropa, geles, dorsal...) y dejamos el hotel. A esa hora hacía fresco. Calentamos un poco y nos fuimos a la salida. Como he dicho antes, esa preparación fue diferente, así que un par de semanas antes pensé que haría los primeros km por sensaciones, a un ritmo que pareciera bastante cómodo. De esta manera, para tener una referencia, me puse con la liebre de sub 3h, consciente de que no podría seguir su ritmo toda el recorrido, pero que me podía hacer correr cómodo durante un buen rato. Y esto fue lo que pasó:
Inicio hasta km 5
Salgo detrás de la liebre. Paco se va hacia delante. Voy cómodo, pero noto que no podría seguir ese ritmo durante 42 km, y me dejo caer al final del grupo, perdiendo algo de distancia. Alguien comenta que va muy rápido y miro el GPS por primera vez en el km 3. Vamos a 4´05". Ya decía yo! De repente veo que poco a poco me voy acercando. Ha levantado un poco el pie del acelerador. Me uno al grupo sin problemas, y antes del km 5, alcanzo a Paco.
km 5 a media maratón
El recorrido es bastante llano. En ocasiones me apetece hasta ir más rápido, pero creo que es mejor seguir con la liebre. Me sigo encontrando muy cómodo. Paso la mitad de la prueba en 1h 29' 08". No sé por donde va Paco, pero sé que se ha quedado algo retrasado.
km 22 a 24
Las piernas, concretamente los cuádriceps, se me empiezan a cargar. No voy mal de pulsaciones, pero la falta de km en los entrenos empieza a hacer mella pronto.
km 25 a 30
Bajo un poco el ritmo, pero las molestias van creciendo en los cuádriceps. Me molesta más bajar que subir. El ritmo va decayendo.
km 31 al final
Me pongo a un ritmo donde se minimizan un poco las molestias, en torno a 4'48"el km. Calculo que si sigo así, puedo bajar de 3h 10´, que sería todo un éxito dadas las circunstancias, y que colocaría esa carrera en el top 3 de mis maratones.
Y es de esta manera que mantengo un ritmo constante hasta la meta. Finalmente 3h 8' 48", a 9" de mi segunda mejor marca.
Sigo pensando al cabo de los días, que como dice mi amigo Rafa, colocarse en la línea de salida es ya todo un éxito.
Pero bueno, acabo de explicar brevemente el resto del día.
Cuando llego al guardarropa espero a Paco que llega muy cansado. Ha hecho un tiempo de 3h 25'. Como podemos, vamos a un gimnasio de la ciudad (que por cierto nos dejan duchar gratis). Es una lástima que una prueba como esta no ponga servicio de duchas. Después una excelente comida en un restaurante Japonés, y de vuelta a casa el mismo día (con retraso de 2 horas del vuelo incluídas).
Y es curioso como, todavía con agujetas mientras escribo estas líneas, ya estoy pensando en la próxima Maratón en el mes de Abril. Manchester nos espera!!!