Mi tercera visita a Granada iba a ser principalmente deportiva. Ya había "explotado" la parte turística en el año 1996 y luego en el año 2013. Podéis tener más información en esta entrada que os dejo a continuación:
https://maloca1974.blogspot.com/2015/02/por-andalucia-i.html
El reto que me llevaba a la ciudad era ni más ni menos que la carrera que va desde el centro de Granada al pico Veleta. En total un recorrido de 50 km (que finalmente fueron 47'5 km) salvando un desnivel de 2705 m (subes hasta los 3300 m aproximadamente). A priori la carrera lo tenía todo para que no fuera ideal para mi: mucho calor, todo subida y gran parte de la carrera por encima de los 2000 m (poco oxígeno).
Pero antes de explicar las sensaciones de la carrera, quiero destacar que esta ha sido una de las preparaciones que más he disfrutado, quizás por el reto que suponía este tipo de prueba. Para entrenar hice carreras como la subida al Coll de Pal o la de la Espluga de Francolí. También entrenamientos como el de Sant Celoni-Turó de l'home, Sant Andreu- Creu d'Aragall...
Pero vamos al fin de semana. Antes de las 10 h, Paco y yo ya estábamos en el centro de Granada, cerca del alojamiento. Un desayuno rápido y dejamos las maletas en el hotel. Dando un paseo nos acercamos al lugar donde entregaban el dorsal y la bolsa del corredor. A esa hora, en pleno mes de agosto, íbamos buscando todas las sombras para no acabar derritiéndonos en el asfalto.
A continuación nos dirigimos al centro para comer...y poco más. Con una carrera de 50 km había que reservar las fuerzas para el día siguiente. Así que nuestra siguiente parada fue el hotel. El aire acondicionado y la cómoda cama nos convencieron para ya no salir hasta la noche, donde un restaurante italiano nos esperaba con una buena cantidad de carbohidratos en forma de espaguetis.
Y llegó el gran día. Como era muy temprano desayunamos en la misma habitación. Para no hacer experimentos me lo traje de casa. Media hora antes del inicio de la carrera ya habíamos dejado la mochila en el guardarropa. Al ser una prueba larga, con un inicio lento, decidimos no calentar.
Y por fin, a las 7h de la mañana dan la salida. Paco, como siempre, sale como una bala. Yo me ciño al plan previsto, que es correr a 5'10" los primeros 11 km de falso llano. A partir de aquí empieza a picar bastante hacia arriba. La idea es ir aproximadamente a 6'30" hasta el km 25. Es un ritmo muy llevadero, pero el cansancio se va acumulando en las piernas.
Y es en este punto donde todo da un giro. No sé si por efecto de la altura, me empieza a costar mucho, y lo peor está por llegar. Me supongo que Paco, acostumbrado a carreras con desnivel y en altura, está bastante por delante. Y llegando aproximadamente al km 28, a unos 2000 m de altura...me pongo a andar. Necesito recuperar un poco el aliento, aunque no voy rápido. Al cabo de un minuto de andar, vuelvo a correr con la intención de no parar hasta...hasta nada. A los 400 m otra vez necesito andar, y voy así hasta el avituallamiento. Y desde aquí hasta el km 32 aproximadamente alternando momentos de caminar con momentos de correr. Es entonces cuando veo que la "parte andada" se alarga cada vez más y decido que iré caminando hasta la meta.
La parte final es la más dura de todas. Se junta la falta de oxígeno, con la ausencia de sombra, el desnivel, los km acumulados y el terreno cada vez más pedregoso. Pero también hay una parte buena. El paisaje es increíble. Mucha gente me pasa en esos km finales, pero tampoco me importa mucho.
Finalmente llego a meta con un tiempo de 6h 44' 51". Como era previsible, Paco había llegado ya hacía una hora.
Y a partir de aquí viene la segunda parte de la aventura, la vuelta a Granada. Primero desandar 1 km para coger un minibus. El minibus te baja en poco más de cinco minutos al telesilla. Después de un trayecto agradable tienes que tomar un telecabina que te deja en la estación de esquí. Y desde aquí un autocar hasta Granada. Sentado cómodamente, puedes observar todo lo que has hecho para llegar hasta allí. Increíble!!!
Y ese día poco más. Una ducha reparadora y un merecido helado. Como Paco se marchaba a casa esa misma tarde, no me compliqué mucho para cenar. Una buena Alhambra y un bocadillo de lomo con queso se convirtió en el mejor recovery.
Al día siguiente, vuelta a casa...y a empezar a preparar el viaje a Turquía.
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