Para esta ocasión decidimos hacer un viaje organizado, de esos que ves muchas cosas en poco tiempo. Es verdad que es un tipo de viaje que te da menos libertad de movimiento, pero que te hace ganar tiempo en transporte, e incluso en las colas a algunos lugares. Os explico como fue la ruta.
El primer día llegamos tarde a Estambul, y nos dio el tiempo justo para dar un paseo corto, pero que ya dejaba pistas de lo que nos íbamos a encontrar (y aunque parezca lo contrario, lo digo positivamente): una ciudad masíficada, mezcla de diferentes culturas, con muchos contrastes si hablamos de arquitectura, y caótica (coches pitando, multitud de gente por las aceras...). Para contrarestar, ese primer día ya pudimos disfrutar de la primera mezquita del recorrido, la de Fatih.
Y con este breve paso por la ciudad, tomamos rumbo a la Capadocia. Los últimos días del tour, volveríamos a disfrutar de esta gran urbe.
El camino se hizo largo, ya que recorrimos más de 700 km en autocar. Por suerte, la ruta deparó algunas sorpresas, como el Mausoleo de Atatürk, donde pudimos ver uno de esos cambios de guardia típicos de muchos paises europeos. Desde allí tienes una buenas vistas de Ankara. El recinto es amplio.
Otra parada interesante, antes de llegar a la Capadocia, fue la de las salinas de Tuz Gölü, un lago salado de 48 km de largo y 80 km de ancho, por el que puedes caminar.
Llegamos de noche al hotel, así que a cenar y a dormir para coger fuerzas.
El día en Capadocia fue uno de los más espectaculares. Por todos lados veías esas formas tan peculiares, típicas de las postales. En nuestro caso visitamos el Valle de Göreme, el Valle de Avcilar, con una panorámica increíble de las "Chimeneas de las hadas", y por último el valle de Guvercinlik, uno de los más conocidos de la región. Y aunque no lo hicimos, mucha gente madrugó para hacer un vuelo en globo.
Ya por la tarde, hicimos una visita a la ciudad subterránea de Derinkuyu, no apta para claustrofóbicos. Es un auténtico laberinto de túneles, que llegó a estar habitado por unas 20000 personas (casi nada). Allí tenían todo lo necesario para no tener que salir en semanas al exterior.
Y por la noche, fuimos a uno de esos lugares "diseñados" para el turismo, pero que en esta ocasión no nos defraudó. Una especie de sala donde nos deleitaron con bailes típicos, mientras podíamos degustar bebidas locales.
Al día siguiente tocaba volver a la carretera. Nos separaban algo más de 600 km hasta Pamukkale. Este recorrido se hizo un poco más pesado, ya que lo único que vimos fue un "caravansarai", una antigua edificación que utilizaban la gente de las caravanas que hacían grandes viajes para descansar, comer...
Llegamos a las 8 de la tarde-noche. Cenamos y todavía nos dio tiempo a darnos un baño en las piscinas termales del hotel. Un gran premio a una larga jornada.
La siguiente parada, otro de esos lugares que también salen siempre en las típicas postales de Turquía, Hierápolis, con su famoso "castillo de algodón", maravilla natural de gigantescas cascadas blancas, estalactitas y piscinas naturales formadas a lo largo de los siglos por el paso de las aguas, cargadas de sales calcáreas procedentes de fuentes termales...aunque no es oro todo lo que reluce. Nos encontramos que las piscinas estaban vacías.
Por suerte, en el lado opuesto, había otras en las que podías meter los pies. En esa zona hay que ir con mucho cuidado para no resbalarse.
La siguiente parada de la ruta tampoco defraudó. Se trata de Selcuk, en el centro de Éfeso, la ciudad antigua mejor conservada de Asia Menor que durante los siglos I y II tuvo una población de 250.000 habitantes y monopolizó la riqueza de medio oriente. Está también muy bien conservada. Allí se puede visitar el Templo de Adriano, los Baños Romanos, la Biblioteca, el Odeón y el Teatro.
Muy cerca de allí está la "Casa de la Virgen María", lugar donde se dice que pasó los últimos años de su vida (aunque parece ser que la iglesia católica discrepa en este punto).
Y después de este bonito recorrido tocó volver a Estambul, esta vez sí, para verlo con calma, si se puede decir eso de una ciudad de más de 15 millones de habitantes.
Como ya dije al principio del post, la ciudad de Estambul está llena de contrastes. Lugares tranquilos y otros caóticos (los que más), edificios antiguos y edificios modernos, diferentes religiones...
Aunque tiene una gran extensión, la recorrimos casi toda a pie, ya que lo más significativo de la ciudad está relativamente cerca. Algunos lugares son de pago y otros gratis. No quiero hacer aquí una guía de viaje, así que más que explicar lo que vais a ver, os daré algún consejo de visita.
Santa Sofía
Bonita por fuera y espectacular por dentro. Es conveniente estar a primera hora, porque se forman grandes colas para entrar (aunque van rápidas). Como en todas las mezquitas, hay unas normas a tener en cuenta: piernas tapadas, hombros cubiertos y descalzarse.
Mezquita azul
En mi opinión más espectacular por fuera que Santa Sofía. Por dentro, pues con mucho encanto, pero si tuviera que elegir me quedaba con Santa Sofía. Por suerte no hay que elegir. Puedes disfrutar de las dos. Las colas aquí van rápidas.
Palacio Topkapi
No había mucha cola para entrar. Es un complejo con muchos edificios, museos y jardines. A ritmo tranquilo se pueden ir fácilmente un par de horas o más. Merece la pena invertir ese tiempo. Hay que pagar entrada.
Cisterna Basílica
Personalmente lo recomendaría, ya que es un edificio subterráneo, seguramente diferente a lo que hayas podido ver. El juego de luces le da algo mágico al lugar. También se paga entrada.
Realmente en la actualidad es una plaza en la calle. Hay algún monumento que recuerda lo que fue ese lugar en la actualidad.
Gran Bazar
Un lugar para perderse con 80 calles y más de 4000 tiendas. Lo mejor es ir callejeando, sin rumbo. Al final las tiendas que te encuentras son casi las mismas y los precios parecidos...aunque funciona el regateo. Hay de todo.
Bazar egipcio o de las especias
Más pequeño que el anterior y más centrado en la alimentación. Podrás encontrar todas las especias que te imagines. Muy barato no es.
Crucero por el Bósforo
A nosotros, al ir en viaje organizado, nos entraba con el recorrido que hacíamos. Igualmente, en el embarcadero, hay diferentes compañías que lo ofertan. La vista que tienes de la ciudad es espectacular desde allí, y encima vas sentado. Una experiencia que hay que vivir.
Puente de Gálata
Cruzándolo vas de la parte antigua a la parte moderna (y de Europa a Asia). Además tienes una buena vista de la ciudad. Si te coincide con la hora de comer, puedes hacer allí una parada en alguno de sus restaurantes. Si está anocheciendo, verás desde allí uno de los mejores atardeceres.
Mezquita Rüstem Pasha
No es tan conocida, pero si tienes tiempo visítala. Tiene una decoración con azulejos que no te dejará indiferente.
Aunque no subimos, la pongo en la lista por ser uno de los lugares que aparecen en las guías. Pagar 25 € por contemplar la ciudad me pareció excesivo. Hay otros sitios en los que puedes hacer lo mismo y gratís.
Istiklal Caddesi
Calle comercial que te lleva hasta la conocida plaza Taksim. Hay muchas tiendas...y una de las pocas iglesias católicas de Estambul. De aquí recomiendo una parada en la pastelería Mustafa. Tiene unos pasteles increibles.
Naturalmente, una gran ciudad como Estambul ofrece muchas más cosas de las que vimos, como el café de las alfombras, los baños turcos u otras mezquitas. De igual manera, paseando sin rumbo por la ciudad, pudimos ver parques, calles, monumentos...que aquí no he mencionado, pero de gran belleza. Como digo siempre, lo mejor es verlo todo con tus propios ojos.