domingo, 26 de noviembre de 2023

Tesoros de Turquía

 Para esta ocasión decidimos hacer un viaje organizado, de esos que ves muchas cosas en poco tiempo. Es verdad que es un tipo de viaje que te da menos libertad de movimiento, pero que te hace ganar tiempo en transporte, e incluso en las colas a algunos lugares. Os explico como fue la ruta.



El primer día llegamos tarde a Estambul, y nos dio el tiempo justo para dar un paseo corto, pero que ya dejaba pistas de lo que nos íbamos a encontrar (y aunque parezca lo contrario, lo digo positivamente): una ciudad masíficada, mezcla de diferentes culturas, con muchos contrastes si hablamos de arquitectura, y caótica (coches pitando, multitud de gente por las aceras...). Para contrarestar, ese primer día ya pudimos disfrutar  de la primera mezquita del recorrido, la de Fatih.



Y con este breve paso por la ciudad, tomamos rumbo a la Capadocia. Los últimos días del tour, volveríamos a disfrutar de esta gran urbe.

El camino se hizo largo, ya que recorrimos más de 700 km en autocar. Por suerte, la ruta deparó algunas sorpresas, como el Mausoleo de Atatürk, donde pudimos ver uno de esos cambios de guardia típicos de muchos paises europeos. Desde allí tienes una buenas vistas de Ankara. El recinto es amplio. 



Otra parada interesante, antes de llegar a la Capadocia, fue la de las salinas de Tuz Gölü, un lago salado de 48 km de largo y 80 km de ancho, por el que puedes caminar.



 Llegamos de noche al hotel, así que a cenar y a dormir para coger fuerzas.

El día en Capadocia fue uno de los más espectaculares. Por todos lados veías esas formas tan peculiares, típicas de las postales. En nuestro caso visitamos el Valle de Göreme, el Valle de Avcilar, con una panorámica increíble de las "Chimeneas de las hadas", y por último el valle de Guvercinlik, uno de los más conocidos de la región. Y aunque no lo hicimos, mucha gente madrugó para hacer un vuelo en globo. 



Ya por la tarde, hicimos una visita a la ciudad subterránea de Derinkuyu, no apta para claustrofóbicos. Es un auténtico laberinto de túneles, que llegó a estar habitado por unas 20000 personas (casi nada). Allí tenían todo lo necesario para no tener que salir en semanas al exterior.



Y por la noche, fuimos a uno de esos lugares "diseñados" para el turismo, pero que en esta ocasión no nos defraudó. Una especie de sala donde nos deleitaron con bailes típicos, mientras podíamos degustar bebidas locales.

https://youtu.be/tUd0im93kH0


Al día siguiente tocaba volver a la carretera. Nos separaban algo más de 600 km hasta Pamukkale. Este recorrido se hizo un poco más pesado, ya que lo único que vimos fue un "caravansarai", una antigua edificación que utilizaban la gente de las caravanas que hacían grandes viajes para descansar, comer...



Llegamos a las 8 de la tarde-noche. Cenamos y todavía nos dio tiempo a darnos un baño en las piscinas termales del hotel. Un gran premio a una larga jornada.


La siguiente parada, otro de esos lugares que también salen siempre en las típicas postales de Turquía, Hierápolis, con su famoso "castillo de algodón", maravilla natural de gigantescas cascadas blancas, estalactitas y piscinas naturales formadas a lo largo de los siglos por el paso de las aguas, cargadas de sales calcáreas procedentes de fuentes termales...aunque no es oro todo lo que reluce. Nos encontramos que las piscinas estaban vacías.

 Por suerte, en el lado opuesto, había otras en las que podías meter los pies. En esa zona hay que ir con mucho cuidado para no resbalarse.


Pero eso no es lo único para ver en Hierápolis, ya que se trata de un recinto, al estilo de las ruinas de Ampurias, pero que además tiene uno de los anfiteatros romanos mejor conservados que existen. Me recordó mucho al de Mérida.



La siguiente parada de la ruta tampoco defraudó. Se trata de Selcuk, en el centro de Éfeso,  la ciudad antigua mejor conservada de Asia Menor que durante los siglos I y II tuvo una población de 250.000 habitantes y monopolizó la riqueza de medio oriente. Está también muy bien conservada. Allí se puede visitar el Templo de Adriano, los Baños Romanos, la Biblioteca, el Odeón y el Teatro.



 Muy cerca de allí está la "Casa de la Virgen María", lugar donde se dice que pasó los últimos años de su vida (aunque parece ser que la iglesia católica discrepa en este punto).

Y después de este bonito recorrido tocó volver a Estambul, esta vez sí, para verlo con calma, si se puede decir eso de una ciudad de más de 15 millones de habitantes.

Como ya dije al principio del post, la ciudad de Estambul está llena de contrastes. Lugares tranquilos y otros caóticos (los que más), edificios antiguos y edificios modernos, diferentes religiones...

Aunque tiene una gran extensión, la recorrimos casi toda a pie, ya que lo más significativo de la ciudad está relativamente cerca. Algunos lugares son de pago y otros gratis. No quiero hacer aquí una guía de viaje, así que más que explicar lo que vais a ver, os daré algún consejo de visita.

Santa Sofía

Bonita por fuera y espectacular por dentro. Es conveniente estar a primera hora, porque se forman grandes colas para entrar (aunque van rápidas). Como en todas las mezquitas, hay unas normas a tener en cuenta: piernas tapadas, hombros cubiertos y descalzarse.



Mezquita azul

En mi opinión más espectacular por fuera que Santa Sofía. Por dentro, pues con mucho encanto, pero si tuviera que elegir me quedaba con Santa Sofía. Por suerte no hay que elegir. Puedes disfrutar de las dos. Las colas aquí van rápidas.



Palacio Topkapi

No había mucha cola para entrar. Es un complejo con muchos edificios, museos y jardines. A ritmo tranquilo se pueden ir fácilmente un par de horas o más. Merece la pena invertir ese tiempo. Hay que pagar entrada.



Cisterna Basílica

Personalmente lo recomendaría, ya que es un edificio subterráneo, seguramente diferente a lo que hayas podido ver. El juego de luces le da algo mágico al lugar. También se paga entrada.



Hipódromo

Realmente en la actualidad es una plaza en la calle. Hay algún monumento que recuerda lo que fue ese lugar en la actualidad.



Gran Bazar

Un lugar para perderse con 80 calles y más de 4000 tiendas. Lo mejor es ir callejeando, sin rumbo. Al final las tiendas que te encuentras son casi las mismas y los precios parecidos...aunque funciona el regateo. Hay de todo.



Bazar egipcio o de las especias

Más pequeño que el anterior y más centrado en la alimentación. Podrás encontrar todas las especias que te imagines. Muy barato no es.



Crucero por el Bósforo

A nosotros, al ir en viaje organizado, nos entraba con el recorrido que hacíamos. Igualmente, en el embarcadero, hay diferentes compañías que lo ofertan. La vista que tienes de la ciudad es espectacular desde allí, y encima vas sentado. Una experiencia que hay que vivir.



Puente de Gálata

Cruzándolo vas de la parte antigua a la parte moderna (y de Europa a Asia). Además tienes una buena vista de la ciudad. Si te coincide con la hora de comer, puedes hacer allí una parada en alguno de sus restaurantes. Si está anocheciendo, verás desde allí uno de los mejores atardeceres.



Mezquita Rüstem Pasha

No es tan conocida, pero si tienes tiempo visítala. Tiene una decoración con azulejos que no te dejará indiferente.


Torre Gálata

Aunque no subimos, la pongo en la lista por ser uno de los lugares que aparecen en las guías. Pagar 25 € por contemplar la ciudad me pareció excesivo. Hay otros sitios en los que puedes hacer lo mismo y gratís.


Istiklal Caddesi

Calle comercial que te lleva hasta la conocida plaza Taksim. Hay muchas tiendas...y una de las pocas iglesias católicas de Estambul. De aquí recomiendo una parada en la pastelería Mustafa. Tiene unos pasteles increibles.


Naturalmente, una gran ciudad como Estambul ofrece muchas más cosas de las que vimos, como el café de las alfombras, los baños turcos u otras mezquitas. De igual manera, paseando sin rumbo por la ciudad, pudimos ver parques, calles, monumentos...que aquí no he mencionado, pero de gran belleza. Como digo siempre, lo mejor es verlo todo con tus propios ojos.

viernes, 3 de noviembre de 2023

Subida al Veleta

 Mi tercera visita a Granada iba a ser principalmente deportiva. Ya había "explotado" la parte turística en el año 1996 y luego en el año 2013. Podéis tener más información en esta entrada que os dejo a continuación:

https://maloca1974.blogspot.com/2015/02/por-andalucia-i.html

El reto que me llevaba a la ciudad era ni más ni menos que la carrera que va desde el centro de Granada al pico Veleta. En total un recorrido de 50 km (que finalmente fueron 47'5 km) salvando un desnivel de 2705 m (subes hasta los 3300 m aproximadamente). A priori la carrera lo tenía todo para que no fuera ideal para mi: mucho calor, todo subida y gran parte de la carrera por encima de los 2000 m (poco oxígeno).



Pero antes de explicar las sensaciones de la carrera, quiero destacar que esta ha sido una de las preparaciones que más he disfrutado, quizás por el reto que suponía este tipo de prueba. Para entrenar hice carreras como la subida al Coll de Pal o la de la Espluga de Francolí. También entrenamientos como el de Sant Celoni-Turó de l'home, Sant Andreu- Creu d'Aragall...

Pero vamos al fin de semana. Antes de las 10 h, Paco y yo ya estábamos en el centro de Granada, cerca del alojamiento. Un desayuno rápido y dejamos las maletas en el hotel. Dando un paseo nos acercamos al lugar donde entregaban el dorsal y la bolsa del corredor. A esa hora, en pleno mes de agosto, íbamos buscando todas las sombras para no acabar derritiéndonos en el asfalto.



 A continuación nos dirigimos al centro para comer...y poco más. Con una carrera de 50 km había que reservar las fuerzas para el día siguiente. Así que nuestra siguiente parada fue el hotel. El aire acondicionado y la cómoda cama nos convencieron para ya no salir hasta la noche, donde un restaurante italiano nos esperaba con una buena cantidad de carbohidratos en forma de espaguetis.

Y llegó el gran día. Como era muy temprano desayunamos en la misma habitación. Para no hacer experimentos me lo traje de casa. Media hora antes del inicio de la carrera ya habíamos dejado la mochila en el guardarropa. Al ser una prueba larga, con un inicio lento, decidimos no calentar.



Y por fin, a las 7h de la mañana dan la salida. Paco, como siempre, sale como una bala. Yo me ciño al plan previsto, que es correr a 5'10" los primeros 11 km de falso llano. A partir de aquí empieza a picar bastante hacia arriba. La idea es ir aproximadamente a 6'30" hasta el km 25. Es un ritmo muy llevadero, pero el cansancio se va acumulando en las piernas.

Y es en este punto donde todo da un giro. No sé si por efecto de la altura, me empieza a costar mucho, y lo peor está por llegar. Me supongo que Paco, acostumbrado a carreras con desnivel y en altura, está bastante por delante. Y llegando aproximadamente al km 28, a unos 2000 m de altura...me pongo a andar. Necesito recuperar un poco el aliento, aunque no voy rápido. Al cabo de un minuto de andar, vuelvo a correr con la intención de no parar hasta...hasta nada. A los 400 m otra vez necesito andar, y voy así hasta  el avituallamiento. Y desde aquí hasta el km 32 aproximadamente alternando momentos de caminar con momentos de correr. Es entonces cuando veo que la "parte andada" se alarga cada vez más y decido que iré caminando hasta la meta.

La parte final es la más dura de todas. Se junta la falta de oxígeno, con la ausencia de sombra, el desnivel, los km acumulados y el terreno cada vez más pedregoso. Pero también hay una parte buena. El paisaje es increíble. Mucha gente me pasa en esos km finales, pero tampoco me importa mucho. 

Finalmente llego a meta con un tiempo de 6h 44' 51". Como era previsible, Paco había llegado ya hacía una hora.



Y a partir de aquí viene la segunda parte de la aventura, la vuelta a Granada. Primero desandar 1 km para coger un minibus. El minibus te baja en poco más de cinco minutos al telesilla. Después de un trayecto agradable tienes que tomar un telecabina que te deja en la estación de esquí. Y desde aquí un autocar hasta Granada. Sentado cómodamente, puedes observar todo lo que has hecho para llegar hasta allí. Increíble!!!

Y ese día poco más. Una ducha reparadora y un merecido helado. Como Paco se marchaba a casa esa misma tarde, no me compliqué mucho para cenar. Una buena Alhambra y un bocadillo de lomo con queso se convirtió en el mejor recovery.

Al día siguiente, vuelta a casa...y a empezar a preparar el viaje a Turquía.