lunes, 16 de diciembre de 2024

Hautes-Pyrenees

 En un puente de noviembre, donde a todo el mundo le había dado por viajar (a nosotros incluidos), la opción "D" se convirtió en una alternativa muy interesante. En la Selva de Irati y en el interior de Valencia no había alojamientos disponibles y en Nápoles, los vuelos habían subido a unos precios prohibitivos. De esta manera decidimos "probar suerte" al otro lado de los pririneos, en la parte francesa.

Tres días no daban para mucho, así que montamos nuestro "centro de operaciones" en Luz-Saint-Sauveur, un pequeño pueblo bien situado para las excursiones que queríamos hacer. Y esto es lo que vimos.


Cirque de Gavarnie

Dejamos el coche en el pueblo, donde la única opción es un parking de pago (8 € en noviembre de 2024). Si no vas pronto es difícil encontrar sitio. El recorrido es de poco más de 11 km y a nosotros nos llevó 3h 30´(sin paradas). La excursión se alargó mucho más, ya que comimos allí un bocadillo (lo recomiendo), paramos para hacer fotos... El pueblo está a 1358m y subes hasta los 1824, en un desnivel progresivo, con tres cuartas partes del recorrido fácil, y un ascenso final muy pedregoso y con bastante desnivel. A la vuelta te dejas caer prácticamente.

Pero dejando atrás los datos técnicos, decir que merece mucho la pena, ya que desde el principio vas disfrutando de un paisaje muy bonito, con un "premio" final espectacular.



Pont d'Espagne

Hay diferentes maneras de hacerlo. Optamos por la más corta (en realidad hay otra más corta si coges un teleférico, que cuando fuimos no estaba en funcionamiento). Hay gente que deja el coche en La Raillère y sube el primer tramo andando, en un recorrido de unos 4 km  donde puedes ver unas cuantas cascadas. Nosotros fuimos en coche hasta el parking de "Pont d'Espagne" (pagas 8€). Igualmente, desde el pueblo puedes ir haciendo paradas  para admirar alguno de  los continuos saltos de agua del recorrido, como el de Cerisey. 

La primera parada obligatoria está a la salida del pueblo. Allí hay un mirador, donde puedes estacionar el vehículo, y ver la cascada de Lutour. 

Una vez en el parking, el primer atractivo lo encuentras en apenas 5 minutos andando, El pont d'Espagne. Nada más salir del aparcamiento encuentras carteles con indicaciones. Tras pasar una pasarela llegas a este espectacular salto de agua. Verás que tienes muchos miradores para hacer la foto del puente del piedra y de la cascada. 


Desde allí mismo se inician muchas  rutas. Nosotros hicimos la del lago de Gaube. Se sigue el GR10. Es una ruta fácil (aunque pedregosa), de menos de 6 km ida y vuelta. Asciendes de los 1500 m a los 1733. Se inicia en la misma carretera que sube hasta Pont d'Espagne, así que desde el puente  tienes que bajar en dirección al aparcamiento y coger un desvío a mano derecha, que es el inicio de la ruta. Una vez llegados al lago nos sentamos un rato, para disfrutar de las vistas. Había quien seguía el camino que bordea el lago. 



Lourdes

No estaba planeado visitar esta ciudad, ya que ya habíamos estado hacía muchos años con unos amigos, y teníamos un recuerdo "raro", con interminables filas de sillas de ruedas y camillas para visitar la cueva de la virgen, grupos rezando por todos lados...

Pero ya que pasábamos justo al lado después de la excursión, decidimos darle otra oportunidad. Esta vez fue distinto. Hay cosas que se mantenían, como las decenas de tiendas de souvenirs con productos religiosos, las colas de peregrinos, etc. Pero esta vez la sensación fue diferente. Hicimos la visita del santuario y disfrutamos del arte de cada rincón del lugar...



...y nos trajimos unas botellitas de agua "milagrosa" de recuerdo.



De vuelta a casa decidimos desviarnos y visitar el castillo de Loarre en Aragón. El camino hasta allí es espectacular (en territorio francés). Los colores de otoño estaban por todas partes y era un lujo circular por esas carreteras. También igual de bonito es el tramo que sube al Col d'Aubisque (no apto para personas con vértigo, por eso de las alturas en estrechas carreteras sin quitamiedos).



Una vez en Loarre hicimos la visita del castillo. Muy bonito y conservado. Merece la pena la visita.



Y después de este recorrido, planeando ya el siguiente, otra vez haciendo ruta en el coche.


martes, 3 de diciembre de 2024

Media maratón de Jerez

 Otra vez tocaba juntar las dos "actividades" que dan nombre a este blog, viajar y correr.  La perspectiva inicial de hacer un fin de semana entero y casi todo el lunes se vio reducida (la combinación de Vueling y mal tiempo se unió en nuestra contra).

Pero vamos poco a poco. A media mañana Carlos, Goyo y yo estábamos ya en el aeropuerto de Barcelona para coger un vuelo con destino a Jerez de la frontera, que en esta ocasión iba a cambiar las motos por cientos de corredores recorriendo sus calles. Las intensas lluvias nos pusieron la primera traba del camino. El vuelo salió con retraso, así que antes de llegar a Jerez buscamos algún  lugar para comer, ya que era muy tarde. Ya con el estómago lleno nos dirigimos a recoger el dorsal y, como no, a hacernos las primeras fotos de rigor.


Una vez dejado el equipaje en el apartamento, que por cierto estaba muy bien, nos dedicamos a explorar la ciudad. En una tarde pudimos ver lo más representativo de Jerez, aunque algunos lugares como el Alcázar, la escuela de arte ecuestre o las bodegas ya estaban cerrados. A destacar de nuestro paseo la visita exterior del propio Alcázar, la catedral, la estatua del "Tío Pepe", la plaza de la Asunción, la iglesia de San Miguel y la plaza del Arenal, donde cenamos (volví a elegir esos espaguetis "frutti di mare" que me gustan tanto).




A las 7 de la mañana del día siguiente ya estábamos en pie. El día anterior escogimos el lugar de desayuno. El típico bar donde sirven manteca "colorá", zurrapa de lomo... pero que se quedó en un bollo de jamon york, por eso de controlar la alimentación antes de correr. A la hora prevista ya estábamos saliendo del apartamento. Hasta la salida había una distancia de 2 km, así que la hicimos corriendo para calentar. La organización era buena, pero el guardarropa, donde dejamos una camiseta de recambio, tenía sólo 2 voluntarias, así que se formó una gran cola que nos impidió calentar un poco más. 




Y de esta manera, a las 9h de la mañana, Goyo, Carlos y yo estábamos en nuestro cajón de salida para empezar la carrera, cada uno con su objetivo:

Carlos se había lesionado semanas antes y hasta el último momento tuvo la duda de participar o no. No había podido entrenar y no sabía si su pierna aguantaría una carrera tan larga. De esta manera, su objetivo era acabar la carrera. Saldría a ritmo de finalizar en 2 h...y a ver que pasaba.

Goyo se había fijado el objetivo en correr a 5´el km, lo que le llevaría a un tiempo de 1h 45´aproximadamente. Los entrenos no definían exactamente si podía llevar ese ritmo, pero lo iba a intentar.

Por mi parte, el objetivo era bajar "cómodamente" de 1h 30'. Mi intención era rondar la 1h 28'.

Y empieza la carrera. Me pongo al lado de la liebre de 1h 25´. Pasan los primeros km y me veo cómodo. El circuito no tiene casi desnivel  y se lleva bien el ritmo. Aprovecho para hablar con la liebre y me dice que el recorrido es prácticamente llano. Hay dos subidas en el km 11 y 16 y una bajada casi constante desde el km 18 al 19'5, donde haces un giro y entras en el estadio.

Los km van pasando y no voy tan "fino". Cerca del km 5 bajo un poco la intensidad, apenas 3", que hacen que vuelva a correr cómodo, ya que empezaba a ir un punto más rápido de lo que podía. De esta manera iba viendo como la liebre se iba alejando poco a poco. 

En el circuito hay varios giros de 180º que hacen que vayas viendo corredores más avanzados que tú, pero tambien a los que van por detrás. A Carlos no lo vi, pero sí que me crucé con Goyo. Me alegró ver que iba cerca de la liebre de 1h 35´. Vaya ritmo que llevaba!!!

Y los km iban pasando. Los puntos difíciles quedaron atrás, y apenas había perdido segundos. Llegados al km 18, y encontrándome bien, volví a apretar un poco más. El último km fue de locos. Me pasó un corredor que pensé que era de mi categoría de edad, y cambié de ritmo para llegar antes que él (más tarde comprobé que tenía otra franja de edad en la clasificación). La cosa es que me salió un último km a 3'50". Cuando pasé por meta paré el crono en 1h 26'55" (el tiempo oficial me "regaló" 4 segundos más porque solo contemplaba cuando llegabas y no el tiempo real).




Ya en el estadio, después de recoger la medalla de participación, me encontré con mis compis de carrera. Goyo había bajado de la 1h 40´ (aunque su chip se volvió loco y primero le puso minutos de más, para luego regalarle unos 20') y Carlos había bajado de las 2 h. Nos habíamos ganado la comida y la cena de ese día.

Volvimos al apartamento, con alguna foto más por el camino, y después de una ducha, a seguir con el recorrido turístico (habíamos alquilado un coche).



Sanlúcar de Barrameda

Ciudad famosa por sus carreras de caballos en la playa. Aunque nosotros fuimos a otra cosa, a "tapear". Nos sentamos en una terraza y nos dimos un premio en forma de chocos, calamares, pinchos... después un breve paseo por el paseo marítimo donde pudimos ver de lejos el parque de Doñana y la desembocadura del Guadalquivir, y rumbo a nuestro siguiente destino.



Cádiz

Hace un tiempo ya había estado aquí. Es una ciudad para ir callejeando sin rumbo. Tuvimos la suerte de encontrar un aparcamiento en poco tiempo y gratis, ya que la zona azul no se paga en domingo. Primero dimos un paseo por el casco antiguo, viendo por fuera el ayuntamiento, la Catedral y el mercado, entre otras cosas. También  anduvimos un rato por el paseo marítimo, con una bonita perspectiva de la ciudad. Luego nos sentamos en una terraza, a mezclarnos con el ambiente gaditano y a tomar algo acompañado de unos dulces típicos que compró Goyo. Todavía era pronto para cenar, así que improvisamos sobre la marcha nuestra siguiente parada.



El Puerto de Santa María

A este pueblo fuimos un poco a ciegas, pero nos quedaba bien ubicado para volver después a Jerez. Aquí están las bodegas Osborne, pero al ser domingo, y ya tarde, estaban cerradas. No tenía mucho para ver, y la zona de restauración no era muy extensa, pero suficiente para encontrar un sitio para cenar. La verdad es que nos gustó el lugar.



A la mañana siguiente nos dio tiempo a muy poco. Un desayuno, esta vez si calórico a tope, un paseo por la zona centro y por el mercado, y una visita a una administración de lotería para coger un número de Navidad. Después de eso dejamos el coche de alquiler, y de nuevo otro retraso de Vueling. Por lo menos nos dio tiempo para poder empezar a planificar nuevas aventuras runners.



lunes, 4 de noviembre de 2024

Festival de la lavanda

 Hacía bastante tiempo que había oído hablar de los campos de lavanda de Brihuega, en Castilla la Mancha. Durante un periodo del mes de julio, la floración en los campos hace que todo se tiña de color lila. Hay alguna zona en Francia donde también ocurre lo mismo, como en la Provenza. Al igual que sucede en otros lugares, que se crea un negocio paralelo aprovechando el turismo que acude a ver este tipo de espectáculo de la naturaleza, este pueblo guadalajareño ha hecho todo un evento de esto.

Pero voy a explicar cronológicamente como fue el finde.

A media mañana llegamos a Guadalajara, donde teníamos el alojamiento. En Brihuega hay pocos hoteles y apartamentos, y lo que hay es carísimo en estas fechas. 

Guadalajara no es de las ciudades que tiene más para ver. En apenas dos horas has visitado lo más importante, como el Palacio del infantado, o el panteón de la condesa de la Vega del Pozo.


Después de comer, una pequeña siesta ya que habíamos madrugado y habíamos hecho mucho coche, una ducha.... y a vestirse de blanco, ya que a media tarde empezaba el plato fuerte de la escapada: el festival de la Lavanda de Brihuega.

Lo primero que hicimos, fue aparcar lejos del pueblo, ya que es casi imposible dejar el coche en el núcleo urbano. En la calle principal se monta un mercado, con la lavanda como principal protagonista. Puedes encontrar ramos, miel, esencias, jabones...todo con la lavanda como "ingrediente" principal.

Una vez recorrida la calle, nos pusimos de camino al concierto que se celebraba en medio de los campos de lavanda. Es una de esas cosas que recuerdas para siempre.


La cantante que iba a actuar ese sábado era Rozalén, así que desde semanas antes ya habíamos estado escuchando canciones de esta artista, que si bien nunca había estado entre nuestras preferencias musicales, tampoco nos desagradaba. Además, no sólo era la cantante, sinó el entorno, la compañía...

Antes de empezar la actuación, ya vimos que iba a ser un momento mágico; todo el mundo vestido de blanco, campos y campos de lavanda, sillas colocadas estratégicamente para tener una buena perspectiva del escenario, y un sol, que a medida que avanzaba la tarde, se retiraba a "dormir" dejando un paisaje increíble de colores anaranjados, azules y lilas.



De la actuación de Rozalén, sólo hablar maravillas. Canciones con una letra muy especial, con todo un alarde de voz y una cercanía de la cantante que te llevaba a un momento muy acogedor.



El día había sido largo, así que después del concierto, cena en una food truck que había en el mismo recinto, un rato de "baile" con dj y todo...y para Guadalajara a dormir.

Al día siguiente ya volvimos para casa, pero aprovechamos la ruta para visitar Sigüenza.



 Por casualidad, coincidimos con una feria medieval, con espectáculo y todo. Después de recorrer sus empredradas y empinadas calles comimos en un restaurante de la zona baja, y otra vez a la carretera para acabar con un fin de semana muy especial.


viernes, 6 de septiembre de 2024

Descubriendo el este de Canadá

Un territorio tan extenso como Canadá necesita de más de una visita. Hay dos partes bastantes diferenciadas. La zona este, que es más cosmopolita, con algunas maravillas de la naturaleza, como las cataratas del Niágara, y la zona oeste de los parques naturales. Decidimos hacer la parte este y dejar el oeste para otra ocasión. Ahí va nuestro recorrido:



TORONTO

Lo primero que nos llamó la atención es la agilidad en el aeropuerto para hacer los trámites de entrada. Tú mismo pasas el pasaporte por unas máquinas, contestas un cuestionario (está en español también) y le entregas una especie de recibo al agente de aduanas. Eso es todo.

La primera impresión que me causó la ciudad, con diferencias evidentes, fue parecida a la de New York. Es como si fuera su hermana pequeña, con grandes rascacielos por todos lados, grandes avenidas e incluso con una plaza llena de neones al estilo de Times Square.  Lo más llamativo de la ciudad son sus grandes estructuras de "cristal" que hacen de oficinas, ya que es una urbe financiera.



La lista imprescindible de visitas es corta: la CN Tower (no subimos para ver Torontontero), Yonge Dundas square (el pequeño Times Square), la plaza Nathan Philips, donde te puedes hacer la típica foto con la palabra "Toronto" y la ciudad subterránea (ideal si vas en invierno, porque puedes recorrer parte de la ciudad sin pasar frío, disfrutando de los locales de restauración y tiendas).

Hay otra serie de edificios bonitos que te vas encontrando mientras paseas por la ciudad, como el Gooderham building, o los alrededores del estadio de béisbol...que ya irás descubriendo.



NIÁGARA ON THE LAKE

Es un pequeño pueblo que nos encontramos antes de llegar a las famosas cataratas del Niágara. Es como los barrios de casas unifamiliares de clase alta que se ven en muchas películas americanas. Todo esto rodeado de muchas zonas ajardinadas y tiendas de souvenirs y restauración.



CATARATAS DEL NIÁGARA

Naturalmente, el punto estrella del recorrido. Una de las cosas que me llamó la atención es el pueblo donde están ubicadas, Niágara Falls. Se trata de un lugar hecho para el turismo, al más puro estilo de las Vegas, con hoteles, restaurantes, tiendas, atracciones... 

Ver las cataratas es algo impresionante. No son muy altas, pero sí muy extensas. Es increíble ver la cantidad de agua que cae por ahí. Hay como dos saltos diferentes. El que tiene forma de "U" es el más espectacular. 


Desde los miradores se puede apreciar que los canadienses tienen una mejor vista de los saltos de agua que los estadounidenses.


Una experiencia que recomiendo es la de coger un Ferry que te lleva hasta casi la misma bases de las cataratas. A pesar del chubasquero que te dan, acabas bastante mojado. Hicimos bien en llevar unas chanclas, porque los pies acaban chorreando.


MIL ISLAS

Hacen de frontera natural entre Canadá y Estados Unidos, en el curso superior del río San Lorenzo. Hicimos un recorrido de una hora. Vas viendo las construcciones (sobre todo mansiones) que se han ido edificando en las diferentes islas. Luego dicen que el dinero no da la felicidad.



OTTAWA

Una de las sorpresas agradables del recorrido. Es la capital del país, pero da la sensación de no estar tan masificada. Hay muchas zonas con encanto y aquí sí te encuentras muchos edificios, esculturas...parecidos a las de ciudades bonitas como Praga o Viena.

Como en Toronto, os hago un listado de lugares que hay que ver:

- Parlamento



- Hotel Fairmont Chateau

- Catedral de Notre Dame

- Mercado ByWard (aquí, además de muchos lugares para comer, encontrarás la palabra "Ottawa" en grande, para hacerte una foto.



Aquí estuvimos un día y medio y no nos dio tiempo de hacer mucho más.


QUEBEC

Para mi gusto, la ciudad más bonita de todo el recorrido. Coincidió que en esas fechas se celebraba el festival de verano, con conciertos gratis. Así que la diversión estaba asegurada hasta la noche.



 Aunque también mencionaré algunos lugares para ver, el encanto de esta ciudad radica en cada rincón. Déjate llevar dando un paseo por las principales calles y disfruta con todo lo que te vas encontrando (eso sí, llévate un mapa para no perderte nada). 

Destaco estos lugares:

- Viex-Quebec

Aquí hay que diferenciar dos partes, la alta y la baja. Para ir de una a otra puedes hacerlo caminando o con un pequeño funicular de pago. Las calles más bonitas para ir visitándolo son: Saint Jean, Saint Louis, Rue du Petit Champlain y Rue  du Trésor.

- Place Royal

- Chateau Frontenac


- Terrase Dufferin

- Ciudadela

Aunque es de pago, el cambio de guardia puedes verlo gratis. No es muy espectacular, como en ciudades como Londres, Copenhague, Estocolmo...



-Las puertas de acceso:

Las más bonitas son las de Saint-Jean, Kent y Saint Louis.

- Parlamento


- Catedral de Notre Dame (no os perdáis un mural, en la fachada de un edificio que hay en una de las calles que desembocan en la plaza donde está la catedral).

- Gare du Palais


Aparte de eso, hay un paseo agradable en la zona del puerto, aunque a nosotros nos pilló aquí la lluvia y no pudimos disfrutarlo bien. 


COSTA DE BEAUPRÉ

Toda esta zona está relativamente cerca de Québec. Nosotros contratamos una excursión, que nos llevó a diferentes lugares. Mereció mucho la pena.

Basílica de Sainte Anne de Beaupré: espectacular edificio religioso. Por fuera es bonito y por dentro no se queda atrás, con sus pinturas, vidrieras, mosaicos y esculturas.




Isla de Orleans: me recordó mucho a la zona de mil islas, con sus grandes casas y jardines. Un remanso de paz en general.

Cascada de Montmorency: gran salto de agua (más alto que las cataratas del Niágara, aunque menos ancho).


Cañón de Santa Ana

Fue otra de las sorpresas del viaje. Se trata de un camino que transcurre entre el bosque, pasando cerca de una gran cascada de agua, con bonitos senderos, puentes colgantes... toda una experiencia.



MONTREAL

La última de las ciudades del recorrido. Lo primero que hicimos es un tour panorámico, para ver la zona olímpica, que está en las afueras, y el circuito de F1 de Gilles Villeneuve (el autocar nos hizo un recorrido por dentro del circuito). Desde esta zona hay unas vistas fantásticas del Skyline de la ciudad.



El centro histórico es también muy europeo, como en Québec. Tiene una calle principal, donde te vas encontrando los edificios más importantes y que va desembocando en diferentes plazas muy bonitas.



Por otro lado Montreal tiene una parte céntrica, pero alejada del centro histórico, con muchas iglesias, calles animadas, tiendas, grandes plazas...



Es una ciudad con muchos contrastes a nivel arquitectónico. 



Nos llamó la atención la cantidad de indigentes que hay por todos lados en esta ciudad. Nos enteramos que el estado ofrece una serie de recursos a estas personas, y eso hace que a pesar de todo, los índices de delincuencia sean muy bajos.

Fue en esta ciudad donde probamos uno de los platos "estrella" de la zona francófona del país, la poutine, un plato hecho con patatas fritas, queso en grano y salsa de carne.



En la época de verano, que es cuando fuimos, hay un espectáculo de fuegos artificiales que merece la pena ver.

Y así a grandes rasgos, éste fue nuestro recorrido por este bonito país, al que tenemos que volver en otra ocasión.