Después de llegar a primera hora al aeropuerto, nos dirigimos al centro de la ciudad. El trayecto en tranvía dura algo más de una hora, pero te permite ir viendo algunos pueblos por el camino. Fuimos directos a recoger el dorsal y a continuación a dejar las mochilas en el hotel. Con esto ya se fue media mañana.
La lluvia hizo acto de presencia. Nos limitamos a ir a un bar a tomar un café, ya que para entrar a la biblioteca John Rylands, uno de los puntos turísticos de la ciudad, había mucha cola y estaba lloviendo bastante. De camino pasamos por el barrio chino, lugar pintoresco de la ciudad.
Con todo esto ya se hizo la hora de comer.
Después de hacer la "carga" de hidratos de carbono, nos dirigimos al campo del Manchester City a ver el partido Manchester-Luton. Sergio, hijo de mi amigo Goyo, nos había dado unas entradas, ya que es amigo de uno de los jugadores del City.
El partido no defraudó y vimos muchos goles. Quedaron 5-1.
Al acabar, de vuelta al hotel, nos pilló una tormenta (sin paraguas). A media tarde, un paseo por el centro (poco que ver), cena en un italiano, y de vuelta al alojamiento. Nos esperaban 42'195 km al día siguiente.
El día amaneció frío, pero la lluvia nos dio una tregua. El tranvía nos dejó en la salida de la carrera en un trayecto de una media hora. El maratón de esta ciudad se caracteriza por tener una alta participación, así que hay diferentes cajones de salida, y diferentes horarios para iniciar la carrera, según el ritmo de cada corredor. En nuestro caso habíamos puesto una previsión de 3h 15´ para poder salir juntos (al final yo salí un poco antes que Goyo).
Mi previsión inicial era salir a ritmo de sub 3h hasta la media maratón, y luego ir bajando el ritmo para ir cómodo, e intentar bajar de 3h 9´. Y esto fue lo que pasó:
Empieza la carrera. Pasado el primer km veo que voy cómodo corriendo a 4'16"- 4'17", así que no me planteo ir más rápido. No veo a ninguna liebre que me haga de referencia. Los km pasan entre llanos y falsos llanos, hasta que entras al centro de la ciudad. Aquí encuentras a los primeros aficionados y familiares que te animan en las primeras subidas de la carrera. Por suerte, todo lo que sube baja, y en apenas 1'5 km, se vuelve a bajar por el mismo sitio. En 3 km has entrado y salido del centro de la ciudad.
Antes de seguir explicando, decir que aunque todo está bien señalizado, sólo encontramos cada 5 km un cartel con la medida europea. el resto está marcado en millas. Tienes que ir fiándote de tu GPS.
Y el resto de la carrera no tiene mucha historia más. Recorrido mayormente llano, con algunos repechos, y con poco público. Sólo cuando atravesabas algún pueblo, veías que la gente se volcaba con los corredores.
Pero vamos poco a poco. Llego a la media maratón. Mi previsión inicial era pasar en menos de 1h 30' y paso en algo más de 1h 32'. Tampoco me importa demasiado, porque me encuentro bastante bien. Pasado este punto bajo el ritmo con la intención de correr la segunda parte sin sufrir mucho. Y ese ritmo está en torno al 4'35", así que pongo la "velocidad de crucero" y, sin pasarlo mal, consigo llegar a meta con muy buenas sensaciones.
No consigo bajar de las 3h 9´porque la carrera es un poco más larga, pero bajo de las 3h 10'. Mirando el GPS, me dice que he hecho la maratón en 3h 7', pero bueno, no dejan de ser números, que tampoco les doy tanta importancia a día de hoy.
Lo malo de esta carrera es que, la mayoría de corredores, utilizamos el tranvía para regresar al centro de la ciudad y las colas son monumentales. De esta manera, no llegamos a nuestro destino hasta pasadas las 14 h (tarde para comer en cualquier país de Europa). Decidimos entrar en una pizzeria y, dato curioso, nos invitan a una de las pizzas por haber corrido el maratón (llevábamos las medallas puestas).
Por la tarde una merecida siesta, un breve paseo, una cena casi gratis, ya que nos vuelven a invitar a las pizzas en otro restaurante (lo anunciaban en la puerta) y al hotel a dormir.
A la mañana siguiente me levanto bien, sin apenas dolores musculares. Como he dicho al principio, Manchester es una ciudad con poco para ver, así que visitamos la catedral, Shambles Square, pasamos cerca del ayuntamiento, pero no se ve porque está de reformas y finalmente el museo de la ciencia y la industria (gratis).
La última anécdota del día iba a pasar en el aeropuerto. Por motivos técnicos el avión de regreso salió con más de 7 horas de retraso, así que llegamos a casa por la madrugada. Por suerte, días después, nos llegó una indemnización de 250 euros a cada uno.
Y ya a pensar en la siguiente carrera!!!
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