lunes, 4 de noviembre de 2013

Viena y Praga

Estas dos ciudades tan cercanas en distancia y tan alejadas en costumbres, arte, gastronomía... son muy interesantes de visitar. En el año 2006 tuve el placer de recorrer sus calles y algunos lugares cercanos. 


Viena



Yo la definiría como una ciudad monumental, en la que se respira la música del siglo XIX por todas partes. Lo primero que se tiene que hacer es pasear por la zona centro. Veremos pastelerías (que te atrapan con sus dulces, llamándote desde el escaparate y con su tarta Sacher y las cajas de bombones con la imagen de Mozart), actores callejeros vestidos de época, intentando venderte una localidad para algún concierto de música clásica... y por supuesto, edificios como la Catedral de San Esteban.



Otra cosa imprescindible es dar un paseo, a pie o en tranvía, por la avenida Ringstrasse. Aquí están los principales y más bonitos edificios de la ciudad. Quiero destacar sobretodo la ópera y el ayuntamiento (Rathaus). A este último merece la pena acercarse las noches de verano, ya que se ofrecen conciertos gratuitos de música clásica.
                                 
Esta Avenida es circular. 


En el paseo a pie que hice, varias cosas me llamaron la atención. Lo primero es ver unas calles superlimpias, sin papeles ni cacas de perro. También podemos apreciar como la gente sabe comunicarse sin gritar. Y como curiosidad decir que para comprar algunos periódicos, los vieneses tienen unas máquinas donde dejan el dinero y cogen el diario, con la peculiaridad que, si quisieran, podrían llevárselo sin pagar, aunque no lo hacen. Impensable poner unas máquinas así en nuestro país.

Los tres palacios que vi son "very beautiful" (Hofburg, Shönbrunn y Belvedere, en especial los jardines de los dos últimos).

                                                                                                                                                                                     

  Si tienes la posibilidad haz una pequeña escapada a los bosques de Viena y a Mayerling, pabellón de caza de Rodolfo, hijo de Francisco José y Sissi, y a la ciudad balneario de Baden. Simplemente disfruta paseando por la zona.




Praga

Hay diferentes zonas turísticas. Destaco estas tres:

La Ciudad Vieja es, como lo definen en muchas guías, de cuento. Pasear por la plaza, cruzar el puente de Carlos, ver la Torre de la Pólvora, etc te traslada a otra época. Es imprescindible detenerse un rato delante del reloj astronómico del ayuntamiento para ver el desfile animado de figuras. No te encantes demasiado, porque la zona está llena de carteristas que aprovecharán cualquier descuido. Recomiendo que subáis a la torre del ayuntamiento para tener unas buenas vistas de la ciudad. 


La ciudad pequeña, a la que se puede subir a pie (camino bastante empinado) o en tranvía. Hay que visitar la Catedral, el castillo y el pintoresco Callejón de Oro. Después se puede bajar dando un paseo y encontrarse otras construcciones interesantes.


La zona nueva es un lugar con tiendas y restaurantes en la que no destaco nada en especial.

Si tenéis la oportunidad dar un paseo por la ciudad balneario de Karlovy Vary, cerca de Praga. Es pequeña y se recorre enseguida. Destaco de aquí las aguas minerales que brotan de distintas fuentes, a diferentes temperaturas y una iglesia de estilo ruso ortodoxo que está en lo alto y se ve desde varios puntos de la ciudad.



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