domingo, 26 de enero de 2014

Nos vamos de puente (Londres y Amsterdam)

Estas dos magníficas ciudades son ideales para visitar en cuatro o cinco días. Y lo digo con conocimiento de causa. A Londres fuimos en uno de esos "acueductos" del mes de diciembre (6 y 8 de diciembre), y a Amsterdam, en un puente de cuatro días por la festividad de Santa Eulalia, patrona del pueblo donde trabajo, en el mes de febrero.


Londres


Los inconvenientes de viajar por esas fechas son: el frío y que se hace de noche enseguida. 
Creo que Londres es una de las ciudades en el extranjero donde más españoles he visto. Quizás, porque coincidió con unos días festivos típicamente españoles. Es un lugar que me sorprendió gratamente. Pensaba que me iba a encontrar lluvias diarias, niebla perpetua, gente "estirada", y no fue así.
Lo primero que tienes que tener en cuenta al visitar la capital inglesa es que los coches circulan en sentido contrario al nuestro, así que hay que tener cuidado cuando cruzas la calle.



Los horarios londinenses son bastante diurnos. Prácticamente en invierno, a las 17 h, todos los monumentos, edificios y lugares turísticos están cerrados. Es por esto que yo optaría por hacer el grueso de visitas hasta la hora de comer (Abadía de Westminster, Torre de Londres, Catedral de San Pablo...). Si vas a ver el Palacio de Buckingham y quieres disfrutar del cambio de guardia, es mejor ir con tiempo (empieza a las 11'30 h) y colocarse cerca de la verja. No hace falta verlo entero, ya que dura mucho, pero sí estar un rato. Sorprende bastante.








No dejéis de ver el British Muesum. Me gustó mucho la colección permanente de arte egipcio (aunque a los egipcios no les hace tanta gracia que esté allí). Es gratuito.
El mercado de Candem es muy conocido pero, sinceramente, no recuerdo si pasé por él o no. No es algo que me entusiasme. Bastante hice pasándome por Harrods, con bronca incluída del vigilante de seguridad por hacer fotos en el interior.

Y para acabar las actividades diurnas, recomiendo un paseo por el barrio de Notting Hill. 


Cuando estuve hace años, todavía circulaban los típicos y viejos autobuses rojos de dos pisos. Creo que en la actualidad también los hay, pero ya son modelos nuevos.



Hay otro tipo de visitas que se pueden hacer al atardecer, cuando el sol se ha ido a dormir. El hecho de encontrar los edificios iluminados les da cierto encanto.


Big Ben

Picadilly Circus

Tower Bridge
London Eye

Trafalgar square






Y después de esto, a tomarse una pint o una half a pint (cerveza) en alguno de los pubs de la ciudad. Después de tantas horas descubriendo la urbe londinense sólo salimos una noche, así que no puedo dar una lista de los que más me gustaron.
En el apartado gastrónomico, los británicos no tienen una cocina para tirar cohetes (en mi opinión). Una opción de comida rápida es el fish and chips que se encuentra en muchos locales de la ciudad.

Y para finalizar, toca hablar de salud y deporte, o sea, de correr.
Sin necesidad de apuntarse a una carrera, puedes acercarte a cualquier hora del día a Hyde Park. Siempre hay runners haciendo un poco de ejercicio en este verdadero pulmón de la ciudad. 

Curiosidad del parque:


Speakers Corner

En la esquina noreste de Hyde Park se encuentra Speakers Corner, un curioso lugar en el que los domingos por la mañana se reúnen personajes variopintos (oradores y excéntricos) para hacer discursos sobre diferentes temas, tanto religiosos como políticos. Se trata de un verdadero espectáculo al que la gente acude para escuchar, aplaudir o abuchear.
El Speakers Corner se hizo famoso durante la Segunda Guerra Mundial, ya que era el único lugar en el que la gente podía defender a Hitler o criticar a Churchill sin temor a represalias. Hoy en día en Speakers Corner es posible hablar de cualquier tema, siempre y cuando no vaya contra la ley.
El maratón de Londres es de los más conocidos en Europa. Se celebra normalmente en el mes de Abril.

http://www.virginmoneylondonmarathon.com/


Amsterdam

Pude disfrutar de esta ciudad en invierno, con temperaturas bajas e incluso nieve. Es por esto que no pude ver los parques floridos repletos de tulipanes, típicos de postal. 
Es un lugar que sorprende constantemente. La mayor parte se puede recorrer a pie, pero una buena opción es coger el tranvía (hay una buena red, aunque hay que estudiar bien qué tipo de abono de transporte te va bien, según lo que vayas a hacer y las veces que lo vayas a utilizar). 

¿Qué cosas me sorprendieron?

Lo primero, la gran cantidad de bicis que hay en la ciudad. Hay una en cualquier sitio (aparcamientos, puentes, vallas...). No sé como reconocen la suya, ya que todas se parecen mucho. Los amsterdameses tienen una auténtica cultura de las dos ruedas.



Los coffeeshops son originales. La oferta es inmensa y hay zonas en que te encuentras con uno cada 10 metros. Nosotros optamos por entrar en uno que parecía muy tranquilo y, la verdad, elegimos bien. Buena música, limpio y cómodo.
Nada más entrar, hay como una ventanilla con un listado de precios y un camarero-dependiente que te informa de los productos variados, precios y composición. Lo que se haga con esa información depende de cada uno. Me pareció curioso ver como casi todo el mundo fumaba su porrito y a uno que quiso fumarse un cigarro que llevaba, no le dejaron.





La forma de los edificios de la ciudad es muy parecida. En la mayoría de ellos se puede ver una polea en el ático para subir muebles, electrodomésticos, etc, y algunos incluso están un poco inclinados hacia delante.



El barrio rojo es algo curioso, por llamarlo de alguna manera. Está prohibido hacer fotos. Decenas de chicas se muestran en los escaparates, poniéndose "ofrecidas" (como diría la vieja'l visillo) a los posibles clientes. El color rojo de las luces le da nombre a la zona.

Los canales están por todos lados. Hay gente que vive en casas flotantes. Es bonito dar un paseo por los laterales, por las calles colindantes y acercarse después a la zona centro, para disfrutar de todo lo que te ofrece la ciudad, como la casa de Ana Frank, la plaza Damm, Begijnhof (con la casa más antigua de la capital holandesa)...




Normalmente, cuando voy a una gran ciudad, visito alguno de los museos más importantes que tienen. En este caso nos decidimos por el museo de Van Gogh. La verdad es que me decepcionó un poco, ya que es pequeño y, algunas de sus obras más conocidas estaban en restauración o prestadas para otras exposiciones temporales en otros museos.
Si vas en invierno como yo, y no puedes disfrutar de los parques floridos, acércate al mercado de las flores.


Hay unos cuantos pueblos cercanos a Amsterdam que se recomiendan en muchas guías. Nosotros elegimos el pueblo de Zaanse Schans. Para ir cogimos un autobús cercano a la estación central de trenes. Me pareció espectacular. Allí coincidimos con unos reporteros de "Valencianos por el mundo".




Para ir a hacer un poco de ejercicio hay algunos parques en la ciudad para que caigan algunos km. Como podéis ver en la foto, a los lugareños no les acobarda el frío ni la nieve.


Y para acabar, la oferta gastronómica es variada, pero me llamó la atención la existencia de algunos locales de comida rápida, que ni siquiera tienen personal atendiendo, es decir, son máquinas expendedoras de hamburguesas, frankfurts, etc.



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