jueves, 19 de octubre de 2017

Explorando el sur de Galicia

Al planificar el viaje, y ver todo lo que ofrece esta tierra, decidimos que nos centraríamos en la zona sur (interior y costa) y que ya dejaríamos el resto para otra ocasión. 
Como son muchos los km que separan Barcelona y Pontevedra, aprovechamos la oportunidad para visitar una bella ciudad que se encuentra a medio camino, Palencia.

Palencia

Sólo disponíamos de una tarde para visitar la ciudad, pero con los planos que había consultado, me pareció suficiente. Las altas temperaturas no invitaban al paseo, pero es lo que tiene viajar en agosto. Palencia es una de esas ciudades que nos sorprendió gratamente. No se parece a las otras grandes ciudades castellanas. Si bien es verdad que también puedes encontrar diferentes edificios religiosos, estos son de una gran variedad arquitectónica. Está presente el gótico, el románico... hay iglesias, conventos, monasterios, una catedral... e incluso una de sus obras de arte estrella, el Cristo de Otero, una escultura de 30 metros que vigila en lo alto de una colina (se puede acceder en coche, pero casi no hay aparcamiento arriba).
Lo que más me gustó de la ciudad fue la calle Mayor, y sus calles colindantes. ya que es aquí donde se concentra una gran cantidad de edificios de gran belleza, y de diferentes estilos (destacando algunos modernistas). Citar a modo de ejemplo el Palacio de la Diputación provincial, el edificio de la oficina de turismo, la casa de Flora Germán y el Colegio de Villandrando.




Empecemos el recorrido por la tierra de las meigas:

Pontevedra

Aquí instalamos el "campamento base". Es una ciudad con un centro histórico bien cuidado y muy animado. Son muchos los peregrinos que se ven pasar por sus calles, entrar en sus iglesias, o disfrutar de la espectacular gastronomía gallega. Toda la zona monumental conviene visitarla de día y de noche, para apreciar el encanto de los edificios con sus fachadas iluminadas. Hay que ver la Basílica de Santa María y las ruinas de Santo Domingo. También visitar sus plazas, en especial la de la Ferrería.



Es en esta ciudad, donde descubrí dos rutas interesantes para correr. La primera es muy popular y utilizada por muchos corredores de la zona. Aunque no es muy larga, se pueden tomar diferentes caminos, siempre bordeando el río Lerez. Se conoce la zona como la isla de las esculturas. Con suerte puedes encontrarte entrenando al triatleta Gómez Noya.
La segunda está siguiendo la Rua de Ramón Otero Pedraio. Antes de llegar al puente, hay que girar por un pequeño sendero a la derecha...y a hacer kilómetros.

Ribadavia, Allariz y Tuy

Son tres pueblos pequeños, con las típicas casas de piedra. Los he juntado, porque la recomendación es la misma para los tres; pasear por sus calles sin rumbo fijo, para ir descubriendo poco a poco la zona, haciendo alguna parada gastronómica, o simplemente para sentarse en algún banco y disfrutar de la tranquilidad de esas tierras. Si tenéis algo de tiempo, podéis visitar la catedral de Tuy (de pago).






Orense

Uno de los tres lugares que menos me gustaron del recorrido. En general me pareció una ciudad un tanto descuidada, y con muchos edificios que necesitan unas buenas reformas. Sí que es original la zona de As Burgas, con unas fuentes que emanan agua a una temperatura de entre 64º y 68º, y a la que se le atribuyen propiedades curativas, Al lado de estas, una piscina termal de uso público.




A Merca

La visita dura apenas diez minutos, pero si te encuentras cerca, merece la pena, ya que aquí encuentras la mayor concentración de hórreos de toda Galicia.





Valença

Lugar pintoresco que se encuentra en tierras portuguesas, nada más pasar la frontera  con España. Un cartel da fe de ello. No entraba en nuestros planes iniciales, pero la recepcionista del hotel nos lo recomendó. Si eres "fan" de los manteles, colchas, sábanas, trapos de cocina... este es tu paraíso. Hay todo tipo de precios, y tiendas y más tiendas donde elegir. Aún sin comprar nada, es agradable pasear por sus calles.





Santiago de Compostela

Uno de los lugares estrella del recorrido. Sólo por poder visitar la catedral, centro de peregrinación de toda Europa, bien merece la pena la visita. Por todos lados se pueden ver turistas y peregrinos. El hecho de estar en reformas la fachada que da a la famosa plaza del Obradoiro, le restaba algo de encanto. Pero una vez dentro, otra vez te sumerges en el mundo espiritual que emana de sus paredes. No acabaría nunca enumerando los tesoros que allí puede encontrar el viajero. Puedes pasarte casi toda una mañana. Os dejo un enlace para tener más información.

http://www.catedraldesantiago.es/




Y si hablamos del resto de la ciudad, la verdad es que no tiene desperdicio. Calles repletas de gente, lugares de culto, restaurantes...
http://www.quetiempo.es/fotos/mapa-de-santiago-de-compostela-8.jpg

Os recomiendo ir a primera hora a la catedral para poder evitar las colas de entrada. Aparcar gratis cerca es imposible, así que lo mejor es dejar el coche en alguno de sus innumerables aparcamientos de pago. Para comer no tendréis problema, ya que cada dos pasos, hay un local para probar el marisco, el pulpo o el riquísimo lacón con grelos (opción que escogí).




Para acabar, decir que las mejores fotos se obtienen desde el parque de la Alameda.





Cambados y Sanxenxo

Estos son los otros dos lugares que no cumplieron con las expectativas que tenía.
Cambados es un pequeño pueblo, con un paseo marítimo. Coincidió que fuimos durante las fiestas del Albariño, y casi no se podía pasar por alguna de sus calles. Sí que hay que decir que la gente estaba muy "animada".




Sanxenxo es como cualquier pueblo turístico de la costa, con edificios modernos y una playa abarrotada de gente, donde cuesta encontrar un espacio para dejar la toalla.




Combarro

Desde la carretera no se aprecia todo lo que te ofrece este pequeño lugar. De hecho, forma parte del municipio de Poio, y no lo ves ni en los carteles. Se puede dejar el coche en el aparcamiento gratuito del puerto. Tiene una estrecha calle principal, que puedes hacer de ida y vuelta. Parece una "Galicia en miniatura" ya que puedes encontrar la típica playa de costa, las casas de piedra, hórreos, cruceros...


Ribeira Sacra

Por internet habíamos reservado un crucero de 1h 30' por el cañón del río Sil. Hay un par de compañías que hacen la ruta parecida. Como positivo diré que el paisaje de todo el recorrido es espectacular. Como negativo decir que entre el ruido del barco, de la gente y la poca visibilidad del barco, no se podía disfrutar plenamente del momento.




Islas Cíes

Otro de los lugares estrellas del recorrido. También es necesario hacer reserva previa por internet para acceder, ya que hay un límite de visitas al día para preservar el entorno natural. Hubo gente, días después de haber regresado nosotros del viaje, que aún teniendo la reserva hecha, se quedó sin poder ir porque la compañía vendió más de lo permitido.
Lo mejor para hacer la visita es ir a primera hora del día, para poder ver la isla en todo su esplendor, sin apenas gente. Se puede optar por hacer rutas de senderismo, que no son excesivamente complicadas, o descansar en una de sus paradisiacas playas. Hicimos las dos cosas. Un panel informativo a la llegada, resulta muy útil para planear el día. 
Lo primero que hicimos es seguir un camino, que en poco más de una hora, te lleva al faro da Porta con vistas espectaculares.




Luego un rato a la increíble playa de a Nosa señora (espectacular, con aguas cristalinas, pero muy muy frías).



Para comer nos llevamos unas deliciosas empanadas. Lo malo es que a las gaviotas también les parecen deliciosas, así que hay que ir con cuidado, si no quieres quedarte sin comer. Después del almuerzo, otro paseo hasta el faro do Peito, y otra vez de vuelta después de un día fantástico.




Vigo

Hicimos una visita rápida, aprovechando que habíamos cogido ahí el ferry para ir a las Cíes. Nos sorprendió gratamente. Es una ciudad moderna, con un pequeño casco histórico y llena de vida. Os gustará pasear por sus grandes avenidas.




Julián

Es una pequeña aldea, con el interés personal, que es el lugar donde nació mi padre. Hicimos una visita rápida, pero muy especial ya que pude pasar un rato con mis tíos y mi prima con su familia. Ese momento es algo que siempre permanecerá en mi recuerdo.




Orbaneja del Castillo

Y ya de vuelta a casa, pernoctamos en el pequeño pueblo de Pesquera de Ebro, desde el cual se pueden realizar varias rutas de senderismo, pero con la idea de ver el cercano pueblo de Orbaneja, un lugar de postal, rodeado de montañas escarpadas y con una cascada que quita el hipo.



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