viernes, 11 de abril de 2014

Por el norte de España: Asturias y Cantabria


 Nuestro "centro de operaciones" en esta ocasión estaba en Cangas de Onís, un excelente lugar desde donde se pueden iniciar una serie de rutas muy interesantes. Os comento las que yo hice.

Oviedo y Gijón

Lo que más me llamó la atención en Oviedo fue la cantidad de estatuas que te encuentras a cada paso. Un paseo por el casco antiguo permite ir descubriéndolas. La parte más bonita de la ciudad se ve en media mañana perfectamente.






Gijón es una ciudad muy bonita y que se puede disfrutar con calma. Podéis empezar el paseo por la zona del barrio de Cimadevilla. Es el lugar que tiene más cuestas y, de esta manera, se afrontan con más energía. En la cima se tiene una buena perspectiva de la ciudad. Además, en el cerro de Santa Catalina, se puede ver el monumento de Chillida "el Elogio del Horizonte".








A continuación, se puede dar un buen paseo junto a la playa de San Lorenzo, e incluso darse un buen baño en esta bonita zona, que está junto al casco urbano. Entre unas cosas y otras, cuando hicimos ese recorrido, era ya la hora de comer. Cerca del paseo marítimo encuentras varios lugares para reponer energías. Una buena opción para después, es acercarse al parque de Isabel la Católica y disfrutar de un merecido descanso.






Picos de Europa y Covadonga

La zona de los lagos es de postal. No tiene nada que envidiar a esos paisajes que salían en los dibujos de Heidi. Hay que tener en cuenta que para llegar hasta ahí existen diferentes opciones (dependiendo de la época del año). Os dejo un enlace con toda la información de interés.

http://www.lagoscovadonga.com/index.php 




Yo recomendaría ir primero al santuario de Covadonga, para hacer la visita con menos gente, y después acceder en transporte público hasta los lagos. Para reponer energías, qué mejor que una buena fabada en Cangas de Onís.



Desde esta última localidad se pueden contratar excursiones interesantes, como la de hacer un tramo de descenso en canoa por el río Sella.



Ribadesella y Llanes

Ribadesella es un lugar en el que también puede uno perderse un día entero. Éstas son algunas ideas:
- Dar un paseo por el casco histórico (peatonal) y por la concurrida zona comercial.
- Visitar la zona del puerto y el Paseo de la Grúa. En el final,  encontramos el Monte Corberu, desde el que se tienen unas buenas vistas del pueblo.
- Si quieres activar la circulación, date un baño en las frías aguas del Cantábrico.
- En esta localidad están las cuevas de Tito Bustillo, pero no pudimos entrar. Es necesario hacer una reserva con bastante antelación.

Además del casco histórico, que se suele visitar en cualquier ciudad o pueblo, Llanes tiene un especial encanto por su zona litoral. Nos gustó la obra de "Los cubos de la memoria" en el paseo marítimo.



Existen muchos bares y restaurantes para seguir disfrutando de la gastronomía asturiana o, simplemente, degustar la conocida sidra.



El desfiladero del Cares

Es una excursión sin gran dificultad, pero es necesario tener en cuenta algunas cosas:
- Si hacemos el recorrido de ida y vuelta hay unos 20 km.
- Existen tramos que hay que hacer con precaución, ya que tienen una altura considerable.
-En verano, que es cuando fuimos, hace mucho calor, puesto que es una zona donde apenas corre el aire.






Santander, San Vicente de la Barquera y Santillana de Mar

Son los tres lugares que visitamos en Cantabria en un día.
La visita a Santander consistió en bajar por el paseo de Pereda, paralelo al mar, y disfrutar de sus edificios señoriales. Después, un breve recorrido por el centro histórico, donde paramos a comer y, finalmente, nos acercamos al Palacio de la Magdalena. Cerca de este lugar hay un mini-zoo y un parque donde podemos relajarnos un instante.




De vuelta a Cangas paramos en Santillana de Mar. Es un pueblo de esos en los que cada rincón sorprende. La villa puede visitarse en un par de horas, pero nosotros alargamos un poco, realizando la visita al museo de la tortura. No os podéis ni imaginar la macabra imaginación que tenían los torturadores de la época.




La lista de espera para entrar en las cuevas de Altamira era más larga que la del ya cerrado Bulli. Actualmente no se aceptan reservas previas y únicamente se están realizando visitas experimentales para ver el impacto en las pinturas.

De San Vicente de la Barquera no destaco nada en especial. Hicimos la visita por la promoción que había hecho Bustamante. Es un pequeño pueblo que no está mal, pero de los que debe haber decenas por todo el litoral cantábrico.

Nunca he corrido ninguna prueba por esta zona, así que os dejo un enlace donde, con total seguridad, os informarán mejor acerca de las carreras del lugar.



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